Mateo lleva 18 años solo. Tan solo le quedan sus fantasmas, los amigos de barra y Olga, una prostituta con la que pasa una hora los jueves. No, no es lo que pensáis. Mateo necesita a Olga para compartir fantasías y sueños, para evadirse del mundo y del día a día que le rodea, para hacer más corta la espera de la muerte. A veces habla con su mujer muerta, se mira en el espejo, y reflexiona sobre lo vacía que es su vida. A sus 72 años no le queda nada por vivir. Hasta que aparece el cadáver de Olga. Es tan solo una puta, a quién le importa una más o una menos. Es solo un cuerpo sin alma, un objeto, una herramienta. Pero sí, a Mateo sí le importa. No solamente porque Olga fuese su amiga y compañera de soledades, sino porque sabe que a nadie le importará su muerte y nadie tratará de vengarla. La inspectora Iborra será quien lleve el caso de Olga mientras su vida personal se hunde. Entre otras cosas en la bebida. Y en el abismo de un matrimonio infeliz. Alterará la investigación con copas en la barra de un bar y llamadas al buzón de voz de su marido desaparecido.
La novela arranca con estos dos personajes principales pero rápidamente se convertirá en una narración coral. Varias voces y varios personajes para ofrecer una visión de conjunto acerca de lo que Carlos Augusto Casas trata de contarnos. Una historia de venganza en la que el personaje en ocasiones parece perder su objetivo de vista para recrearse en la violencia por la violencia. Porque si de violencia se trata, aquí la encontramos a raudales. Quizá demasiado gratuita en algunos puntos, pero eso siempre depende de quién esté al otro lado de las páginas.
A pesar de que considero que es un libro de trama más que de prosa, el autor siembra aquí y allá importantes reflexiones de denuncia social. Obviamente, la reivindicación de la tercera edad es uno de ellos: nuestros mayores son tan capaces como nosotros de cualquier cosa que se propongan, sobre todo porque toda la experiencia que portan a sus espaldas es algo que a los arrogantes jóvenes nos falta. Los bajos fondos y su defensa de un trato igualitario es el trasfondo principal de la historia. Parece que no pasa nada cuando la chica muerta es tan solo una prostituta, pero si estuviésemos ante la hija de un rico empresario cambiaría mucho la cosa. La policía es la primera en quitar hierro al asunto en cuanto encuentran el cadáver, como si el alma de esa mujer valiese menos que la de otra.
Porque no, nadie se salva. Como sucede en la vida real todos tenemos un montón de porquería debajo de nuestras alfombras, oscuros secretos que no queremos que se conozcan. Está mal visto ser racista, o clasista. No nos gusta que se sepa que miramos a los extranjeros por encima del hombro. O a los que ganan menos que nosotros. O a la gente mayor. O al que ha tenido menos oportunidades.
El punto fuerte son las medidas dosis de información que irá revelando aquí y allá para mantener el interés. La sobredosis de giros puede atraer a unos y repeler a otros, porque Ya no quedan junglas adonde regresar está plagada de ellos. Todo depende del tipo de lector que seas: si te gusta que te sorprendan a cada paso, este es tu libro. Sin embargo, si eres más un lector de los que disfrutan del viaje, quizá este esté demasiado lleno de sobresaltos. En cualquier caso, no debemos olvidar que estamos ante una primera novela, y desde mi punto de vista Carlos Augusto Casas consigue el aprobado. Una larga lista de premios y nominaciones avalan esta obra. Por algo será.
Título: Ya no quedan junglas adonde regresar.
Autor: Carlos Augusto Casas.
Editorial: M.A.R. Editor (2017).
ISBN:9788494612343.
Páginas: 198.
Precio: 15€
Ficha del libro en M.A.R. Editor: http://www.mareditor.com/narrativa/carlos_augusto_casas.html
Es de lo mejor que he leído este año, por no decir lo mejor
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¡Ay, mis amigos de papel, que me enseñan sin cansarse; me instruyen sin quejarse; me acompañan sin arrepentirse! ¿Qué sería de mí sin ellos?
¡Suerte con los premios! Concurro por Solidaridad, pero hay mucho de literario en mi página; y de ficción mezclada con realidad. 🙂 Aquí la dejo, por si interesa.
Abrazos.
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Pues tiene muy buena pero esa violencia gratuita me echa un poquito para atrás.
Besotes!!!
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No puedo entender tal aluvión de premios. ¿Tan bajo es el nivel de nuestra novela negra? La leí con muchas ganas y acabé absolutamente decepcionado por tamaña colección de tópicos y situaciones inverosímiles. Creo que tanto premio le ha hecho un flaco favor a esta novela.
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