En estos tiempos convulsos de separatismos varios, más de una y de dos veces me he planteado qué ocurriría en mi familia si viviésemos un panorama político como el que se vivió en el País Vasco en los años de la banda terrorista ETA. Estoy convencida de que la fractura sería irreparable, porque así como mi padre defiende una ideología, los hijos defendemos otra. Es cierto también que cuando exponemos detenidamente nuestras ideas no distamos tanto unos de otros, pero la perspectiva desde la que lo planteamos sí que es opuesta. Por ello sé que si tuviésemos que escoger no se antepondrían los lazos de sangre a las mentalidades y las formas de pensar.
Algo así es lo que Juan Bas plantea en El refugio de los canallas. Para plasmar un panorama general emplea lo particular. La hija que tras vivir el asesinato de su padre a manos de la banda terrorista se une a ellos. La madre de la asesina que decide cuidar de la madre del asesinado para tratar de mitigar la culpa. Todo el libro es un compendio de encrucijadas familiares y vecinales para mostrarnos lo que era el día a día en Euskadi; para comprender que la política consistía en tener que cruzarte cada día con el asesino de tu marido o que una comunidad de vecinos pudiera sugerir que un cargo político se mude de portal y así no correr riesgos.
La novela se divide en cortos capítulos encabezados por el año en el que transcurre la historia contada. A medida que avanzan las páginas, las relaciones entre los personajes del libro se van complicando, y poco a poco veremos cómo todos tienen relación con todos. Una de las marcas de la casa de Juan Bas es el humor. A pesar de que el tema no lo demanda precisamente, es cierto que toda la obra está impregnada de un halo de ingenio muy negro que le sienta como un guante. La forma de expresarse, las aventuras y desventuras que sufren muchos de los protagonistas. Aunque es terrible reírse de algo así, hay un capítulo acerca de un altercado con la quema de un cajero con el que resulta imposible no sonreír al menos.
La conclusión que creo que parece inevitable extraer es cuánto daño podemos llegar a hacer a personas cercanas por ideologías que no son más importantes que la familia o la amistad. Desde la distancia recuerdo aquellos años como algo que me pillaba lejos, como en otro país o en una ciudad muy lejana. Y a esas edades, sueles pensar que los malos son unos y los buenos otros, que las líneas están delimitadas y claras. Pero cuando te acercas y ves cómo las fronteras entre conceptos se diluyen, no puedes evitar sentir escalofríos al tratar de comprender lo duro que tuvo que ser todo aquello.
Al igual que me ocurrió con Perros que duermen de Juan Madrid, tengo sentimientos encontrados con El refugio de los canallas en cuanto a su nominación al Hammett. Acerca de la calidad del texto, es indiscutible que es magnífico. Y aunque los límites del género cada vez son más permeables, no considero que este libro se incluya dentro de lo que sería una novela negra. A pesar de que la forma de estar narrada es muy oscura no creo que la intencionalidad del autor fuese la de crear una obra de género. Y en cuanto a valorar la calidad de un libro, este es un aspecto que no tiene ninguna importancia, pero sí lo tiene en cuanto a seleccionarla para un premio de un género específico. Por supuesto, esto es tan solo mi subjetivo punto de vista. Es más que probable que esta novela se pueda alzar con el Hammett, y si es así estaré encantada de que lo haga.
Título: El refugio de los canallas.
Autor: Juan Bas.
Editorial: Alrevés (2017).
ISBN:9788417077112.
Páginas: 268.
Precio: 18€
Ficha del libro en Alrevés: http://tienda.alreveseditorial.com/es/libros/det/El_refugio_de_los_canalllas/194.html
Por lo que cuentas no parece novela negra. Pero sí una buena novela. La tendré muy en cuenta.
Besotes!!!
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