Black, black, black, de Marta Sanz

 

Llevo detrás de esta novela desde que acudí a Getafe Negro. Por desgracia me perdí una gran mesa, por lo que me contaron, en la que participó Marta Sanz. Alexis Ravelo, sin haber leído nada suyo, me dijo que me la apuntase, que sólo con haber oído su retórica merecía la pena darle una oportunidad. Y como yo soy una fiel alumna (o lo intento) aquí estoy.

 

En todas partes veo que califican Black, black, black como novela negra. Yo no la calificaría así. Es cierto que comienza con una trama basada en una investigación, e incluso tenemos un cadáver de entrada, pero no es lo que dirige la novela. La trama pasa a un segundo plano por completo, tomando las riendas la propia narración y especialmente una intención muy clara de la autora: jugar entre la realidad y la ficción.

 

Porque, ¿qué es la verdad? Si lo pensamos con frialdad, nuestros propios recuerdos son mentira, son solamente una versión distorsionada de los hechos, un punto de vista más. Algo así es lo que sucede en esta novela. ¿Qué es realidad y qué es ficción? Y sobre todo, ¿quién decide eso?

 

La autora juega intencionadamente con el lector. Tanto, que llega a despistarte. Tanto, que te empeñas en seguir el hilo de la historia, de empaparte de ella, pero no te deja. Tú quieres tener una idea clara de lo que te están contando, del argumento, del desarrollo, pero giro tras giro, engaño tras engaño, no te lo permite. Es lo más parecido que he sentido a que me quitasen el libro de las manos cada rato.

 

El libro se divide en tres partes, en tres Black, con tres narradores diferentes. En la primera parte, el detective Arturo Zarco es contratado por los padres de Cristina Esquivel. Esta ha sido asesinada, hace un año ya, pero la investigación no esclarece nada, y ellos están convencidos de que el asesino fue el marido marroquí de Cristina. Zarco se dedicará a recorrer la escalera de su vivienda, conociendo e interrogando a los vecinos, intentando llegar al fin del asunto. La narración está planteada en pasado, cuando Zarco le cuenta todo lo que ha sacado a claro a su ex-mujer Paula.

 

En la segunda parte, tras un final atropellado y accidentado de la primera parte, leeremos el diario de Luz, una de las vecinas de la escalera, que nos narrará paso por paso todos los asesinatos que ha ido cometiendo en su edificio.

 

En la tercera, la propia Paula revisará la historia de Luz punto por punto, visitando de nuevo a los inquilinos, y desenredando la madeja que se ha tejido desde el principio de la novela.

 

Así como la segunda parte sí podríamos considerarla más novela negra, con el diario que nos narra los asesinatos de varios vecinos, las otras dos se centran más en la narrativa que en la trama. Está claro que un hilo argumental debe haber, y que resulta interesante y adictivo al ser una investigación. Pero desde mi punto de vista, es una excusa para desarrollar un ejercicio de metaliteratura de lo más complejo. Lo mejor de todo, la prosa de Marta Sanz. Un modo de transmitir complejo y sobre todo muy sensitivo, transmitiendo emociones hasta el punto de poder ver colores en el desarrollo de una escena. Me ha parecido deslumbrante su capacidad de crear ambientes, de transmitir olores, de compartir sensaciones. Nos acompaña vivienda por vivienda, descubriendo los colores de las paredes, la decoración, el suelo que pisamos, la claridad u oscuridad de los pisos. Hemos sido intrusos con ella de las vidas de esas personas, fisgando por las mirillas, limpiándonos en sus felpudos.

 

Como veis, la novela me ha encantado. A medida que pasaba las páginas no dejaba de repetir qué rara era, pero sin poder soltarla, sabiendo que el final probablemente no me resolviera nada, pero deseando recorrer esa escalera una y otra vez.

 

Os dejo uno de los fragmentos que he subrayado, para que os hagáis una idea del tipo de narrativa de la autora:

 

Hoy, protegido por mis gafas, camino por una calle del centro. Veo gris el cielo y las fachadas de los edificios de cuatro plantas y la ropa en los escaparates de las tiendas. Gris el cristal de mis gafas por dentro y las vidrieras de los locutorios, grises las antenas parabólicas y los líquidos que quedan en los culos de los vasos de vermú. Grises las palomas y los coches aparcados. Grises mis manos cuando las saco de los bolsillos de la chaqueta para retirarme flequillo. Grises los carteles de ‘Se vende’ y ‘Se alquila’ y las bombonas de butano que la gente saca los balcones. Grises las vomitonas que huelen desde el suelo. Grises las farolas y los contenedores de basura y las tapas de registro del alcantarillado y los adoquines. Grises las papeleras y el interior de la boca de los transeúntes. Grises las piezas de carne menguante para preparar el kebab y las tapitas, atravesadas con un palillo, para acompañar la caña. Las boutiques del gourmet. Grises las monedas para comprar el periódico y las orejas en las que apoyan los teléfonos móviles. Los telefonillos de las comunidades. Grises el fontanero del barrio y los repartidores y las cajas de botellas de refrescos y los cascos vacíos. Las macetas de geranios y de amor de hombre, grises. Los parroquianos acodados en las barras y los mendigos y las señoras que pasean a sus perros o tiran de sus carritos de la compra, grises. Grises las ofertas de las inmobiliarias y los muebles de los anticuarios y los pescados de la pescadería y las mesas de mármol de los cafés y las cabezas de las gambas en el suelo de las tascas y los botones, ovillos y gomas que venden las mercerías. Los periódicos, los graffiti y los letreros apagados de los garitos. Los mechones que caen de entre las tijeras de los peluqueros los aceites y los bálsamos de los salones de belleza. Gris, la perspectiva hacia el final de la calle. Lo veo todo gris, pero cuando entro en el portal de la casa en la que vivía Cristina Esquivel, me quito las gafas e imprevisiblemente todo se llena de colores.

 

 

Título: Black, black, black.
Autor: Marta Sanz.
Editorial: Anagrama (2010).
ISBN: 9788433972071.
Páginas: 332.
Precio: 19,90€

6 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Parece una lectura interesantes, aunque en estos momentos me es imposible ponerme con ella. Quizás más adelante. Besos.

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  2. Tuve ocasión de escuchar a Marta Sanz en una reunión con ella y la verdad que aunque no he leído nada suyo se me hizo muy interesante cosas que contó, tanto de sus libros como del mundo editorial. Tomé nota mentalmente de leer algún libro suyo y este parece buena opción. Yo creo que ella no lo considera tampoco una novela negra…Besos

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  3. Margari dice:

    Pues me descubres este libro y, como casi siempre, me lo llevo bien apuntado, que tientas de una manera… Y creo que es una lectura que disfrutaría mucho.Besotes!!!

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  4. Shorby dice:

    Lo he visto reseñado en otros dos blogs y tiene muy muy buena pinta =)Besotes

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  5. Tizire dice:

    Estos días he leído varias reseñas sobre el libro y me tienta… Pero tengo varios de temática parecida, y aunque dices que no es novela negra creo que lo dejaré un tiempo en reposo. 1beso!

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