No sé si tan solo me pasa a mí. pero a veces siento que algunas de nuestras guerras más recientes sucedieron hace muchas generaciones. Y no, no es así. Quizá por eso resulta más escalofriante leer testimonios de personas que estuvieron allí y aún sobreviven. Una de esas personas es Marceline Lorindan-Ivens. Es una de las 160 personas que aún viven de las 2.500 que lograron escapar o ser liberadas de un campo de concentración. De los 76.500 judíos de Francia que partieron hacia Auschwitz-Birkenau. De los seis millones y medio que murieron en los campos.

 

En Y tú no regresaste Marceline escribe una carta ficticia a su padre, que fue apresado y enviado a Auschwitz a la vez que ella a Birkenau. Una vez allí, hombres y mujeres eran separados en campos independientes, y tan solo se volvieron a ver un par de veces más. Ella consiguió salir con vida de allí, su padre no.