Piscina-leersinprisa

Siempre me ha gustado llevar la contraria. Ya sé que es deporte nacional. Pero en mi caso se cumple: todos los blogs bajan su actividad en verano o incluso cierran por vacaciones. Yo, publicando dos entradas a la semana. Y porque me estoy guardando reseñas, que si no habría publicado aún más. Y es que, al contrario de todo lo que leo por ahí, yo estoy mucho más activa en verano: hay más horas de luz, hace más calor, tengo más tiempo libre, y menos carga de trabajo, por lo que en mi tiempo libre tengo la cabeza más desocupada y me concentro mejor.

 

Ahora que llega Septiembre, cada vez los días son más cortos, mi carga de trabajo sube, empiezo las clases de nuevo, y eso acaba en la conclusión de que tengo menos tiempo para leer y para el blog.

 

¿Y todo este rollo para qué? Pues para contaros que en cuanto a lecturas, Agosto a sido un mes sublime. No solo porque he terminado 7 libros, y el 8º lo terminé el día 1, sino porque el Mes Temático de Harry Hole ha sido una maravilla. He disfrutado y he compartido muchas impresiones con lectores de Nesbo. Sigo idolatrando Twitter, ese mundo que me ha hecho conocer a tanta gente con la que hablar y compartir libros y gustos.

Al lío.

Lecturas de Agosto:

A pesar de lo que pueda pareceros, he leído algo más que los libros de Nesbo. De los cuales sólo me queda Headhunters y que nadie me recomienda leer. He ido intercalando libros menos voluminosos entre estas lecturas. Lo que pasa es que aún no ha llegado el momento de que os los traiga por aquí. Pero llegarán.

 

Como os he dicho ya varias veces, me reitero: la experiencia del mes temático ha sido grandiosa. No sólo por descubrir unas novelas geniales, y un personaje del que me he enamorado, sino por el reto personal de leer 6 novelas seguidas del mismo autor.

 

Este mes he leído:

– Crónicas de Jerusalén, de Guy Delisle.
– La fiesta, de Luis Gutierrez Maluenda.
– Chesil beach, de Ian McEwan.
– K de Kinsey, de Sue Grafton.

 

En proceso: 

Continuo con las mismas lecturas empezadas que vengo arrastrando. El único cambio es que ahora mismo estoy leyendo un solo libro a la vez. Si, solo uno. Esta semana no estoy leyendo todo lo que me gustaría, así que estoy con Historias de Nueva York, de Enric González. Y ya era hora, porque me lo prestaron cuando me fui de viaje a Nueva York en Marzo del año pasado, y ni lo he leído, ni por supuesto se lo he devuelto a su dueño… Así que ya es hora. Mañana espero ir a recoger a Correos un envío de Urano, así que seguramente sea mi próxima lectura. Una segunda parte de un libro que leí hace ya tiempo. A ver qué tal este.

 

Mi firme propósito de comprar menos se fue al traste cuando salió la colección de novela negra de El País. Los he cogido todos a excepción de Mystic River porque ya lo tenía. Vamos, que con las estanterías recién organizadas, y tengo una balda con dos filas de libros. Como siga esta progresión no sé qué voy a hacer. A los que os traigo en la foto de familia, hay que sumarle La fiesta, en formato digital.

 

Foto de familia, que crece y crece

 

Películas:

Espero que el haberme hecho una tarifa plana en mi videoclub incremente las películas que voy viendo. A eso hay que sumarle que me ha dado la vena histórica y me comenzado a ver películas de cine negro, cómo no, desde los orígenes. Así que me he buscado una lista, y he visto algunas de 1929 y 1930. Sé que hay infinidad de ellas que ni conoceré, y que no encontraré, pero por algo se empieza. Pero no solo de clásicos en blanco y negro vive el cinéfilo. Este mes he visto:

 

Una nueva esperanza: Episodio IV de La Guerra de las Galaxias, de George Lucas.

Obviamente, un revisionado de uno de los grandes clásicos del cine. Al tener la trilogía (y sí, digo LA, porque lo otro es una basura) en casa, es obligado verlas cada cierto tiempo.

 

Mátalos suavemente, de Andrew Dominik.

Aunque me resistía a ver la película antes de leer el libro, Brad Pitt me llamaba a gritos desde la estantería del videoclub. A este hombre no puedo negarle nada…

 

Django desencadenado, de Quentin Tarantino.

Tarantino es uno de esos directores a los que amas u odias. Yo le amo desde Reservoir Dogs, una de mis películas favoritas, que también veo cada poco (más que nada porque en la tele la ponen todos los meses)

 

Hysteria, de Tanya Wexler.

Me atraía el tema y ese día no me resultó nada más atractivo en el videoclub: una historia sobre la histeria femenina, una enfermedad que se creyó que provenía del movimiento de la vagina por el cuerpo de la mujer, y que se pensó que era cierto hasta que en el 52 se aclaró este punto. En la película nos narran de un modo divertido la invención de los vibradores para erradicar la histeria. Que no era más que ganas de un buen polvo.

 

American History X, de Tony Kaye.

La he visto también varias veces, y una reemisión en la televisión me sentó frente al sofá a verla. Edward Norton siempre se merece un hueco en mi sofá.

 

La ley del hampa, de Josef von Sternberg.

Considerada la primera película de gansters de la historia. Ahí es nada. Aún con muchos tintes cómicos, propios del cine mudo, pero con muchos elementos que en el futuro serán fijos en este tipo de cine.

 

Pollo con ciruelas, de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud.

Versión del comic de Satrapi. Una preciosa historia de amor, de un hombre que a pesar de todo, de un matrimonio infeliz con dos niños, nunca puede llegar a olvidar a su amor verdadero.

 

Los muelles de Nueva York, de Josef von Sternberg.

Aunque esperaba más cine negro, me encontré con otro tipo de historia. Una mujer decide suicidarse tirándose a los muelles de la ciudad de Nueva York. El hombre que la rescata le propone matrimonio, y ella busca abandonar la sórdida vida que lleva. Lo mejor, el glamour de la mujer que pasa de querer morir a ponerse sus mejores galas. De aquella no se salía sin maquillaje ni a por el pan.

 

Como veis, no ha estado mal del todo, ¿verdad? El próximo mes espero traeros alguna exposición que tengo en mente, y con ella un poco de variedad al blog.