Esta parece ser mi semana de llegar tarde a todas partes. He llegado a la vez al último Camilleri y al último Salter. Y con ambos veo que me estaba perdiendo a grandes genios.

 

No haber oído de Salter, en principio no es tan raro porque su última novela la publicó el mismo año que yo nací. Por lo que veo por Internet, ha sido durante mucho tiempo un escritor de culto, con lo que ello supone: un tanto desconocido para las masas. Pero cuando empiezas a leer una novela suya, no das crédito. No entiendo hacia dónde he estado mirando todos estos años para perderme un autor como este. Y los que me quedan.

 

Todo lo que hay es la narración de la vida de Philip Bowman, desde su participación en las batallas navales de Okinawa hasta finales de los años 80. A su vuelta de la guerra, regresa a un Nueva York próspero y emergente, ese que todos los amantes de la ciudad soñamos con haber conocido. Conseguirá un trabajo como lector editorial que le abrirá las puertas al maravilloso mundo de la edición. Una época plagada de fiestas, cócteles, presentaciones y viajes.

 

Poco después le hablaron de un trabajo como lector editorial. El salario resultó ser menor del que ganaba, pero la edición era un negocio muy distinto: una actividad de caballeros, el origen de la serenidad y la elegancia que adornaban las librerías, del fresco aroma que desprendían las páginas recién impresas, aunque nada de eso fuese patente en las oficinas, que estaban cerca de la Quinta Avenida, en la parte trasera de un piso superior. Era un edificio antiguo, con un ascensor que se elevaba perezosamente dejando atrás rejillas abiertas y corredores de mustios azulejos blancos desnivelados por el paso de los años.

 

El hilo conductor de toda la historia será la relación de Bowman con las mujeres, en especial con 3 que marcarán su vida. Parece pasarse la existencia buscando a la mujer definitiva con la que pasar el resto de sus días, pero la búsqueda no es tan sencilla como parece. Y cada una de las mujeres que pasan por él, dejarán una huella tan profunda que nunca volverá a ser el mismo que era.

 

Bowman notaba la falta, no necesariamente de matrimonio, sino de un centro tangible en torno al cual la vida tomase forma y hallara por fin su sitio.

 

La pasión que nos transmite Salter, esa necesidad que sientes del otro cuando estás enamorado, las horas que se detienen ante el encuentro con la otra persona, las noches de cama, las conversaciones, las miradas, las sensaciones. Ahí está la genialidad del libro. La historia en sí, se pierde entre los sentimientos. En realidad, es la historia de una vida, pero en la que no importan las fechas, ni los años que pasan entre un suceso y otro. Nada está demasiado especificado, sólo relacionado con alguna fecha o algún acontecimiento, pero sin dar importancia al paso del tiempo en el calendario, solo en las emociones. Cómo cambias con los años, cómo vas teniendo más claro lo que quieres pero te resulta cada vez más difícil de alcanzar.

 

«Te añoro catorce veces al día. Sólo pienso en el momento en que pueda volver a tenerte. Cuando me despierto estoy media hora tumbado en silencio, pensando en ti. Puedo sentir cómo se abren tus ojos y me buscan.» No la conocía lo suficiente para expresar el violento deseo que sentía por ella, lo ansiaba pero no se atrevía. Adoro tu cuerpo, hubiese escrito, querría desnudarte, arrancarte la ropa como quien desenvuelve un regalo maravilloso. Pienso en ti, te sueño, te imagino. Qué hermosa eres, mi vida, mi amor.

 

La narrativa de Salter es muy similar a un buen cuadro. Cuando lo ves, aprecias la pincelada, la técnica, el uso del color, de la luz y de las sombras. Pero con lo que te quedas, es con lo que te hace sentir. La calidez de un cuadro de Degas, la violencia de un Bacon, la maestría de un Picasso o la desazón de un Munch. Toda la técnica de su pluma al final sirve para hacerte sentir.

 

Dicen que la mejor novela de James Salter es Años luz. La buena noticia es que está editada en castellano, así que pasa a engrosar mi lista de pendientes. Y sin haberla leído aún, me atrevo a recomendaros ambas para que las busquéis y las compréis precisamente hoy. Feliz Día del Libro a todos.

 

 

Título: Todo lo que hay.
Autor: James Salter
Editorial: Salamandra
ISBN: 9788498385731
Páginas: 384
Precio:20€.
Ficha del libro en Salamandra: http://salamandra.info/libro/todo-que-hay