Un asesinato se ha producido en la ciudad de Beszel, ciudad europea en algún sitio sin determinar. Parece ser que en un primer momento creen que es una prostituta, pero determinados aspectos de su apariencia hacen dudar de este dato. El inspector Borlú junto con su compañera Corwi investigan sobre la chica. Estudiante de la universidad, haciendo el doctorado, pero con un pasado un tanto revuelto. Finalmente parece que no fue asesinada en Beszel, sino en la ciudad vecina Ul Qoma…

Esto no sería tan relevante si no fueran precisamente estas dos ciudades. Ciudades sin fronteras físicas en sus calles, puede que una acera sea de Beszel y la de enfrente de Ul Qoma. Cada día coches de ambas ciudades se cruzan, personas que sólo se diferencian en un primer momento por sus ropas y sus gestos. Y van más allá: si te cruzas con alguien de la otra ciudad, o tienes enfrente algún edificio de la ciudad vecina, es necesario que lo «desveas», que tu mente lo borre y olvide su aspecto. Si no lo haces, incurrirás en una violación denominada «brecha». ¿Y quién vigila este tipo de invasiones? Una organización también llamada Brecha.

Para los locales es sencillo, desde niños reciben instrucciones para desver todo lo que deben. Para los extranjeros es más complicado, ya que a sus ojos tan sólo hay una ciudad, no dos. En este aspecto el autor se recrea de un modo fabuloso. No sabrías explicar cómo al acabar el libro, pero llegas a comprender el entramado urbano, cómo puedes llegar a diferenciar tu país del que no lo es, cómo debes rodear varias calles para llegar a un edificio que quizá tengas de frente sin cruzar al país vecino, cómo la gente evita las miradas a los habitantes del país vecino cuando se cruzan por la calle… Sorprende porque esperas más elementos fantásticos o de ciencia ficción, pero lo introduce de tal modo en la realidad que podría ser cierto. No tienes la sensación de ver una ciudad de fantasía, sino una ciudad real. Es más, probablemente el personaje principal de la novela son las propias ciudades, que en el fondo son sólo una, aunque con fronteras y limitaciones. La ciudad limita todos y cada uno de los aspectos de la vida. No es sólo un país, es una sensación.

Como veis, el argumento es original y brillante. Extremadamente complejo y con un universo muy bien creado. La historia es brillante, así como la mezcla de novela policíaca de fantasía/ficción.

Cuando comencé en algunos aspectos me recordó a 1984: libros prohibidos, la vigilancia constante de la Brecha… Pero nada que ver. Es un universo completamente diferente y nuevo, complejo pero narrado de un modo increíblemente cercano y sencillo. Ni una sola vez me he perdido con esta trama en apariencia tan compleja, y además mantiene el climax muy alto durante toda la historia.

Sería una novela que recomendaría a todo tipo de lectores. He descubierto a un genio en China Miéville, y estoy segura de que repetiré con él. Y no sólo lo opino yo, ya que esta novela ha cosechado un gran elenco de premios: Arthur C. Clarke, Hugo, Locus y World Fantasy.

Los que han leído más obras suyas me dicen que no espere repetir este tipo de libro en otra obra de Miéville, lo que hace que aún tenga más ganas de repetir si va a ser capaz de crear un nuevo universo como el de La ciudad y la ciudad.

 

**No sé cómo pude no enlazar el magnífico Podcast de los #VerdHugos en que hablan de la novela y entrevistan a su traductora. ¡Todo un lujo!:
http://verdhugos.blogspot.com.es/2012/07/verdhugos-podcast-3.html

 

Título: La ciudad y la ciudad
Autor: China Miéville
Editorial: La factoría de ideas
ISBN: 9788498007688
Páginas: 320
Precio: 20,95 €