La casa de las persianas verdes, de George Douglas Brown (1901)

Pronunciar el nombre de determinados lugares hace que acudan a nuestra mente un montón de imágenes. Al menos a mí es lo que me sucede con Escocia. No puedo evitar visualizar colinas verdes, lagos cristalinos y apreciar la pureza del aire y el olor a tierra mojada. Quizá por ello esta novela me atrajo tanto desde que en 2014 la publicase exquisitamente Ardicia, como todo lo que hace. Es una de esas editoriales pequeñas que miman muchísimo a sus lectores ofreciéndoles selecciones muy estudiadas y objetos de colección: las ilustraciones de sus portadas, sus páginas iniciales con dos tintas, unas traducciones precisas… Un suma y sigue de virtudes.

 

El caso es que me lancé a la lectura de esta novela sabiendo tan solo dónde transcurría, que está considerada como la primera novela realista escocesa y que fue publicada en 1901. Si llego a saber todo lo que iba a encontrarme dentro no habría esperado tanto para leerla.

 

John Gourlay es el amo de Barbie, un pueblecito imaginado por el autor, con muy poquitos habitantes. En el punto más alto del pueblo se asienta su casa, una vivienda majestuosa con unas persianas verdes muy llamativas. La casa es la envidia de todo el pueblo y su magnificencia es sobre todo un símbolo de poder. Gourlay quiso desde sus comienzos dejar a todos bien claro quién toma las decisiones en Barbie y de quién dependen todos para poder llegar a ser alguien.

 

Gourlay es transportista, de hecho el único de Barbie. Transporta todo tipo de mercancías, y en el pueblo dependen de sus carros y sus caballos para poder hacer llegar sus productos a otros lugares y de este modo poder comerciar con ellos, y a su vez, para obtener mercancías de otras localidades de los alrededores. Como empresario es bueno. El principal problema de Gourlay es su soberbia. Su poder le hace mirar a todos por encima del hombro y considerar que nadie nunca podrá arrebatarle su posición ni su riqueza. Y el hecho de que todos dependan de sus servicios no ayuda a que exista alguna posibilidad de cambiar las cosas.

 

Sin embargo, el joven hijo de John Wilson, un antiguo habitante de Barbie, hace su aparición y no solo tiene unos buenos ahorros sino grandes ideas. La más revolucionaria es la de abrir una tienda de comestibles, ferretería y almacén, y la de realizar entregas de sus productos a domicilio. Por lo tanto, los vecinos no necesitarán traer desde otros lugares todo aquello que necesiten y que no puedan encontrar en Barbie: Wilson se lo proveerá. Sin saber muy bien cómo, Gourlay verá como día tras día mermará su negocio y su capacidad de influencia. Y todo debido a la aparición de un hombre competente en su trabajo y de talante agradable.

 

Este será solo el punto de partida de los problemas de Gourlay, pero gracias al magnífico arranque de la novela conoceremos a fondo el carácter de nuestro protagonista llegando así a poder prever sus futuras reacciones. Aunque la trama es de lo más atractiva, creo que donde reside la fuerza de la novela es precisamente en estos perfiles de los personajes, mostrados a partir de su forma de hablar y su forma de reaccionar. Como si fuésemos un vecino más de la localidad, veremos venir la tormenta en forma de ira cuando a Gourlay viva determinadas situaciones.

 

Los diálogos son brillantes, y la carga de ironía tan poderosa que hacen que el drama personal de este personaje se convierta en pura diversión lectora. Es una de esas novelas plagadas de frases para subrayar y enmarcar con un gran desarrollo y un final a la altura que aporta un cierre que satisface al lector y que le deja reflexionando acerca de él.

 

Me quedo con ganas de contaros más cosas acerca del desarrollo del libro, pero temo que si os cuento demasiado de los problemas en los que se verá involucrado Gourlay os quite parte de la diversión de ir viendo todo lo que se le viene encima. A pesar de la crueldad de los vecinos, veremos cómo sale a la superficie nuestra parte más oscura y mezquina recordándonos a cada página que se lo merece por todo lo que ha hecho anteriormente. Pero… si quien tiene poder para cambiar las cosas se vuelve tan mezquino como aquel de quien trata de vengarse, ¿es peor el primer malvado o quien se venga de dicho malvado? Como os digo, la novela os hará reflexionar sobre vuestro propio modo de reaccionar.

 

A veces uno cree que ya no quedan maravillas por descubrir de nuestro pasado. Que las grandes novelas ya han sido todas ellas traducidas. Menos mal que editoriales como Ardicia nos ayudan a descubrir que estamos equivocados.

 

Título: La casa de las persianas verdes (The House with the Green Shutters)
Autor: George Douglas Brown.
Traductor: Sara Blanco Sánchez
Editorial: Ardicia (2014)
Año de publicación: 1901.
ISBN: 9788494123573
Páginas: 424.
Precio: 22€.
Ficha del libro en Ardicia: http://www.ardiciaeditorial.es/libros/la-casa-de-las-persianas-verdes/

5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Espe dice:

    No lo conocía pero tampoco termina de convencerme así que no sé qué haré.
    Un beso y gracias por la reseña.

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  2. Margari dice:

    Pues tampoco conocía este libro ni al autor. Y me has dejado con ganas de probar.
    Besotes!!!

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  3. Libro desconocido + reseña tentadora = uno más a la lista 🙂

    A mí también me fascina darme cuenta de que sigue habiendo tanto, tantísimo por leer, no solo lo que ya sabes que hay ahí, sino nuevos libros, nuevas traducciones, editoriales que nos sorprenden con joyitas de las que desconociamos todo…

    Un abrazo

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  4. Ernesto Bustos Garrido dice:

    Respeto todas las opiniones, incluídas las que acompañan esta breve reseña. Me llama atención la brevedad de las mismas. Talvez son los tiempos y esa incapacidad de muchas personas que armar un párrafo mejor elaborado con ideas propias. (Mucho Internet y mucho teléfono celular) Quizás también podría haber una suerte de responsabilidad del blog por lo escueto de la reseña. Yo leí el libro y es fantástico. Tal como dijo Borges: «Después de leer La casa de los postigos verdes, yo quería ser escocés». Amigos, las reseñas son sólo eso, pero si no entregan información, el resultado serán esos breves comentarios a los que haga referencia. Y por favor, no se trata de hacer un ensayo, si no solo informar. Atte. Ernesto Bustos Garrido-modesto periodista

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  5. Marta Marne dice:

    Lamento Ernesto que le desagrade la brevedad de mis textos. En ocasiones me extiendo algo más, y suelen criticarme por densa y por exceso de información. Este es tan solo un blog de reseñas literarias, no de crítica. De ahí que el contenido básico sea más de opinión que de análisis.
    Creo que para informar ya están ustedes, no los lectores.

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