Mientras seguimos tachando los días como si fuéramos un preso en la cárcel, se acerca cada vez más el arranque de la primera entrega de Pamplona Negra. Este próximo lunes 19 será el pistoletazo de salida, el arranque de 5 días que prometen tanto que estoy convencida de que va a dar mucho que hablar.
A pesar de ser aún pequeñita y novata, esta semana negra apunta alto y según palabras del propio coordinador, piensa darlo todo por si a la vez que es la primera entrega también es la última.
He abordado a Carlos con una serie de preguntas para que sea él mismo quien os cuente de primera mano cómo surge Pamplona Negra y cuáles serán sus puntos fuertes, qué hará diferente a esta semana negra y por qué debemos acercarnos a Pamplona. Y de paso, alguna pregunta más para conocer a la mente pensante que hay detrás del festival y de las novelas El honor es una mortaja y de Aki y el misterio de los cerezos.
LeerSinPrisa: Los festivales de novela negra parecen proliferar cada año más: Valencia Negra, Aragón Negro, Tú Santa Cruz Noir, Castellón Negro… Así que empecemos por el principio. ¿Es otra semana negra más o tiene algo que la diferencie del resto de semanas negras?
Carlos Bassas: Pamplona Negra nace con una intención diferenciadora: apostar específicamente por los autores que escriben en lengua castellana –tanto nacionales, como internacionales en futuras ediciones- o en cualquiera de las lenguas del Estado –en esta primera edición tenemos presencia de autores que escriben novela negra en euskera-, ya sean novelistas, relatistas, cuentistas o guionistas, a los que también consideramos escritores. Esa es una primera apuesta diferenciadora, que, por un lado, nos limita; pero, por otro, nos señala y nos define.
También apostamos, al igual que hacen otros, por el cine y otras artes –teatro, comic, música- en futuras ediciones, y por otro elemento que hemos adoptado como seña de identidad: la sección “El crimen a escena”, en la que queremos mostrar al público el trabajo real de todos aquellos que intervienen en la investigación de un suceso criminal en España: policía, forenses, jueces… Nacemos pequeños, pero con ganas de crecer. Aunque también apostamos por mantener un tamaño, por decirlo de algún modo, asequible, asumible y compacto. Otro elemento diferenciador es la apuesta por tener un carácter divulgativo no únicamente pasivo (conferencias, mesas redondas), sino también práctico, por lo que hemos apostado por un Taller de Novela Policíaca, para que aquellos que estén interesados en aprender los elementos básicos de este género puedan hacerlo de la mano de un escritor de prestigio contrastado. La intención es ofrecer al público un taller diferente cada edición, o más de uno, tanto de novela, como de cómic o de guión de género en otras ediciones, por ejemplo.
LSP: Imagino que organizar un evento de estas características no será ni fácil, ni rápido. Confiesa: ¿cómo y cuándo surge la idea de Pamplona Negra?
CB: Pues surge hace unos cuantos años…, aunque ha tardado en materializarse. Nace de la pasión de un lector de novela negra antes de convertirse él mismo en autor. También de una idea que compartimos hace tiempo la escritora Reyes Calderón y yo; de que Pamplona se situara de algún modo en el mapa literario nacional a través de la novela negra. Al principio, la idea no cuajó. Pero seguí insistiendo, hasta que se cruzó en mi camino una persona fundamental: Javier Lacunza, responsable de Baluarte y otras infraestructuras en Navarra. Mientras tomábamos un café, le expuse mi sueño y la cosa se puso en marcha con una facilidad extraordinaria… Y hasta aquí hemos llegado. Y después vino la ayuda de otros amigos y colegas, de escritores navarros como Carlos Erice, Alejandro Pedregosa, Rebeca Viguri o Patxi Irurzun, además de la misma Reyes Calderón, que han creído en este proyecto desde el principio y me han echado un capote esencial. Si luego San Fermín nos echa el suyo también, bienvenido sea.
LSP: Lo más original y destacado del programa es la sección “El crimen a escena”. ¿En qué consiste y qué nos encontraremos ahí?
CB: “El crimen a escena” es la idea que más clara tenía en la cabeza. Aunque se ha hecho algo parecido de modo esporádico en alguna otra Semana Negra –contar con un profesional que hable de su trabajo, incluso alguna breve representación-, yo quería darle un protagonismo especial… Y no quería circunscribirlo únicamente a que alguien tras una mesa explicara al público en qué consiste su labor específica; yo quería que el público lo viera, lo sintiera. Que tuviera la oportunidad única de asistir a cómo se procesa de verdad un escenario criminal. Así que me lancé a la piscina y contacté con Policía Nacional y Guardia Civil para proponérselo, y se mostraron encantados de colaborar, de mostrar su trabajo y explicarlo de un modo diferente, actuando. Luego contacté con un forense y con una juez de instrucción, que eran las dos partes que me faltaban, y su respuesta también fue extraordinaria.
Con lo que el público va a encontrarse es con dos escenarios criminales reales –una escena del crimen sin cadáver y un falso suicidio- y con dos unidades, la Brigada Provincial de la Científica de la Policía Nacional y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, acudiendo a esos dos escenarios y realizando la investigación en directo, con todos sus aparatos y medios humanos y técnicos, procesando la escena paso a paso y contando al público lo que descubren y cómo lo interpretan y valoran.
LSP: En el programa podemos ver que se compaginan las charlas y mesas redondas con la proyección de películas. Teniendo en cuenta tu especialización como guionista, no sorprende este rasgo. ¿Hubo alguna característica que te inclinase a escoger estas películas en concreto?
CB: Al igual que a la hora de elegir a los novelistas, el primer criterio para seleccionar las películas era que fueran obras rodadas aquí. El segundo criterio consistía en tratar de mostrar películas de diferentes décadas, y también en dar una oportunidad a algunas cintas que en su momento pasaron injustamente desapercibidas, como “25 kilates”, de Patxi Amezcua, por ejemplo. Pero si hay una de ellas que destaca por encima del resto es la de “Distrito Quinto”, de 1958, escrita por un guionista navarro llamado José German Huici y dirigida por Julio Coll. Ambos son figuras completamente olvidadas del cine español en general, y del cine negro español en concreto. Juntos sacaron adelante una serie de películas de género como la mencionada Distrito Quinto (1958), Un vaso de whisky (1958), Los cuervos (1961), La cuarta ventana (1962), Los muertos no perdonan (1963), Comando de asesinos (1966) y El mejor del mundo (1969). Huici trabajó, además, con otros directores como Javier Setó o Miguel Lluch. Queríamos reivindicar su figura y la existencia de un cine negro español anterior a los 80 del s. XX y, por supuesto, anterior al pequeño boom de producciones de este género que hemos vivido especialmente a partir de principios de los 2000.
LSP: Otro de los rasgos que se aprecian en el programa es la gran presencia de autores de la tierra. Las conferencias van siempre de la mano de un navarro: Fátima Frutos, Rebeca Viguri, Carlos Érice, Patxi Irurzun, Michel Gaztambide. Ninguno tenemos problema en citar autores catalanes de novela negra o madrileños, pero de la zona de Navarra no parece que se conozcan demasiados escritores de novela negra. ¿Has buscado potenciar y promocionar a los autores navarros a propósito, o simplemente se han unido a la causa por proximidad al evento?
CB: Navarra ha vivido un boom tremendo en lo referente a novela negra de la mano de Dolores Redondo y su trilogía del Baztán, a la que se han añadido después otras dos autoras como Maribel Medina y, más recientemente, Estela Chocarro. Sin embargo, ya existían otros autores de género aquí y en el País Vasco que escribían novela negra, tanto en castellano, como en euskera, con una larga trayectoria a las espaldas. Gente como José Javier Abasolo, Jon Arretxe, Alejandro Pedregosa o Carlos Erice, por ejemplo, y otros escritores como Fátima Frutos, Rebeca Viguri o Patxi Irurzun que, aunque no tocan el género, sí navegan otros. Mi intención era que también tuvieran presencia, no solo a través de sus presentaciones –la idea de “hermanar” a escritores locales menos conocidos por el público en general con escritores conocidos a nivela nacional e internacional la tuve clara desde el principio-, sino en las propias mesas redondas, de modo que su público más directo, el de su ciudad, el de su comunidad, tuviera la oportunidad de conocerles mejor, porque son todos grandes escritores.
LSP: En la novela negra mediterránea la comida y el clima son rasgos que tienen mucho peso. Los investigadores hace pausas para almorzar y meditan los casos frente a un suculento plato de comida. La temperatura también influye, y se aprecia más aún en contraste con la frialdad de carácter de la novela nórdica. ¿Hay algún rasgo del carácter o del clima navarro que se manifieste en las novelas negras de la zona? ¿O transcurren en Navarra como podrían transcurrir en Albacete?
CB: En el caso de las novelas de Dolores Redondo, la zona de Baztán es un elemento esencial y definitivo. Mágico y único. También algunas novelas de otros escritores como Alejandro Pedregosa o Estela Chocarro transcurren en Navarra; o la mía, en Pamplona, aunque no salga citada como tal. Lo mismo sucede con Abasolo (País Vasco) o con Jon Arretxe en alguna de sus obras. Otros, en cambio, las han ambientado en tierras lejanas. Aunque en ellas descubrimos algunos “rasgos de carácter” en los personajes que son propios del norte. Del mismo modo que Barcelona era un elemento esencial y un personaje más para Vázquez Montalbán, el norte y el carácter de sus gentes lo es en mayor o menor medida para los escritores navarros y vascos. Veremos qué dicen mis compañeros en la Mesa Redonda…
LSP: Todas estas preguntas te las lanzo como si estuviera hablando con un autor navarro, pero aunque haga muchos años que resides en Pamplona (desde 1992 si no me equivoco) tú eres, en realidad, de Barcelona. Como Paco Camarasa ya tenía ocupada Barcelona con su BCNegra, ¿por eso te escapaste aquí para tener un sitio propio donde hacer una semana negra? ¿O simplemente llevas ya tantos años en Pamplona que como escritor te consideras más navarro que catalán?
CB: Pues, si hago cálculos, llevo ya más años viviendo en Pamplona de los que viví en Barcelona, por lo que, a todos los efectos, me considero navarro (y los papeles así lo reflejan, y te aseguro que tiene lo suyo conseguir que te reconozcan la foralidad navarra…). Eso sí, siempre seré barcelonés y catalán de corazón. Y también manchego por la parte materna que me toca. Además, Barcelona está muy bien copada por Paco Camarasa, que es un auténtico crack, así que solo me quedaba tratar de emular al maestro en estas tierras… Mi intención era devolverle a esta ciudad parte de lo que me ha dado, y, como escritor de novela negra, pues este es el mejor modo que se me ha ocurrido.
LSP: Si miramos tu currículo, has sido profesor de universidad, guionista, escritor y ahora organizador de un festival de novela negra. También practicas y enseñas artes marciales y eres un gran conocedor de la cultura nipona. ¿Hay algo que se te escape?
CB: MUCHO. Para empezar, todo lo demás… En este país –y en otros me temo que sucede lo mismo-, es prácticamente imposible vivir única y exclusivamente de la novela, por lo que todos tenemos que dedicarnos a otras cosas, a veces directamente relacionadas con la literatura, otras no, para vivir. Yo escribo guiones –comerciales, publicitarios, documentales, de cortometrajes, de cine de vez en cuando- y doy clases, tanto de escritura, como de otros ámbitos del cine. Lo de las artes marciales viene por otro lado, es fruto de una pasión personal, que también acabó cruzándose con lo profesional en mi novela “Aki y el misterio de los cerezos”, ambientada en el Japón de principios del s.XVII. Las artes marciales tradicionales japonesas me ayudan a desconectar, a liberar mi mente, lo cual repercute de forma beneficiosa en todos los ámbitos de mi vida. Al igual que la cocina, mi otra gran pasión.
LSP: Como escritor has saltado de una novela juvenil ambientada en el Japón medieval a una novela negra ambientada en una ciudad pequeña que podría ser Pamplona. ¿En qué género te mueves más a gusto? ¿Y cómo pasas de escritor de novela japonesa a escritor de novela negra?
CB: Me muevo a gusto en los dos, y uno me libera del otro, tanto a nivel mental, como a nivel literario. Ambos géneros son bastante distintos (nivel de las tramas, lingüística, sintaxis, tipo de lector…), lo que me ayuda a no acomodarme y a no bajar la guardia. Trato de mantener ambos estilos separados y suelo dedicar un año a uno y otro, a otro, alternándolos. Mi suerte es que siento pasión por ambos mundos, lo cual me lo pone más fácil. El día que deje de estar enamorado de uno o de otro, tendré que dejarlo.
CB: Mi corazón ya trabaja en una segunda edición que no sé si va a llegar… Espero que sí, pero, como dice el gran guionista norteamericano William Goldman, aquí “nadie sabe nada”. Mi intención es que Pamplona Negra siga adelante, que se convierta en un referente y se acune junto a Gijón, Barcelona, Getafe, Valencia y otros encuentros, pero no depende de mí, sino del público y de los patrocinadores. Y eso te obliga, en el fondo, a algo bueno: a que te tomes la organización de cada edición como si fuera la única, la última, lo que, en el fondo, repercute en su calidad para bien. Uno de los principios de la Ceremonia del Té que ha saltado a las artes marciales es “Ichi go Ichi e”, que significa que cada momento es único e irrepetible, de modo que debes vivir cada ceremonia, cada segundo de esa ceremonia, como si fuera el último. Así me lo planteo. Pero como la esperanza forma parte de nuestro ADN, pues ya tengo la segunda edición en mente. Por si acaso.
LSP: Por último, te pido que te mojes. Vende Pamplona Negra y convéncenos para que asistamos. ¿Por qué debemos escaparnos a Pamplona del 19 al 23 de enero?
CB: Porque reúne a varios de los mejores autores de novela negra española de la actualidad: Eugenio Fuentes, Reyes Calderón, Lorenzo Silva, Jon Arretxe, Javier Abasolo, Alexis Ravelo, Paco Gómez Escribano, Víctor del Árbol, Leo Coyote… Porque también contará con la presencia de dos de los mejores escritores audiovisuales del género, como son Michel Gaztambide y Patxi Amezcua. Porque ofrece la posibilidad de ver muy buenas películas y de descubrir la figura de José German Huici y un cine negro español desconocido para el gran público, y porque cuenta con la posibilidad de ver en acción en una escena del crimen a profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad realizando su trabajo en directo, algo nada habitual. Todas, razones de peso. Si a eso le sumas que, además, contaremos con la presencia de un forense que hablará de su trabajo y de una jueza de instrucción que nos desvelará cómo se lleva a cabo una investigación criminal en España…. Y, por supuesto, que, a pesar del frío de enero, Pamplona es una ciudad muy acogedora y en la que se come muy bien. Mejor que bien. ¿Te lo vas a perder? Sería un crimen.
Desde luego lo vende muy bien! Ays, si yo fuera rica… Y no conocía a este autor además, así que me llevo su última novela muy bien apuntada.
Besotes!!