Cuando era niña, un día de Todos los Santos visitando las tumbas de mis abuelos, le pregunté a mi padre de qué había muerto el abuelo. La historia de mi abuela la conocía, a pesar de no haberla conocido a ella. Pero la de mi abuelo no. La respuesta de mi padre fue que murió de pena. Mi abuela había fallecido un año antes, y en el pueblo siempre dijeron que no pudo superarlo y murió de pena y tristeza, por la ausencia y el dolor de la pérdida.
Algo se me ha removido por dentro cuando en este libro cuentan de uno de los personajes que murió de pena. ¿Es posible? ¿Es posible que el dolor sea tan fuerte que no te deje vivir? Yo creo que sí, que puede ser. Y espero no tener que sufrirlo en mis carnes.
El loco de las muñecas nos narra la muerte de Horacio, un hombre que lleva desaparecido desde hace 20 años. Un buen día escribió una carta de despedida a su mujer, y la dejó sola con dos niñas muy pequeñas. Aterrado por el amor que les tenía a las 3, decidió cambiar de vida e irse a vivir a una chabola. Cuál es la sorpresa de su mujer cuando un policía viene a contarle que su esposo ha muerto en un incendio, y que compartía su vida con un regimiento de muñecas.
Gloria, la esposa, no entiende nada. Durante años no ha entendido las causas y el motivo de la huída de su marido. ¿Qué podía hacer? Pues contarles a sus hijas y a todo el mundo que Horacio había muerto en un accidente. ¿Es mejor crecer con la ausencia de un padre muerto, o de un padre que te ha abandonado?
Desde el momento en que Gloria conoce la noticia comenzará un peregrinaje por la vida de Horacio, de puerta en puerta y de voz en voz, para conocer la infancia de Horacio, aquella de la que nunca quiso hablar a su familia.
La historia es enternecedora y dramática. Una vida de dolor y angustia nunca transmitida, encerrada a cal y canto en su corazón. Tanto que quizá desencadenó en la locura que le hizo abandonar a su familia. A veces no es fácil soltar lastre y abrirte para compartir el dolor, porque nadie va a comprenderte ni a consolarte de todos modos. La pena se hunde muy dentro, tanto que te empuja al fondo de un abismo si no sabes lidiar con ella.
Uno de los puntos originales que destaco de la novela es que cada uno de los episodios está narrado por un personaje diferente. No sólo conoceremos los distintos puntos de vista de cada uno, sino que iremos descubriendo diferentes formas de narrar, con distintos lenguajes y modos de expresarse, lo que creo que enriquece la historia.
Puntos negativos le encuentro tres, a pesar de todo. El primero, que en algún punto de la narración no me ha resultado creíble que fuese narrado por un personaje masculino. Me lo comentó Aramys mientras leía el libro, que lo hemos leído juntos, y quizá se nota mucho que la autora es una mujer. No lo sé, pero ciertas características o modos de expresarse las he visto más propias de mujeres que de hombres.
El segundo, que incluye frases o expresiones en catalán, sin traducción en una nota al pie. Quizá el libro fue concebido para hablantes de esta lengua, no lo sé, pero da rabia no entender alguna expresión o incluso algún párrafo por desconocimiento de la lengua. Ya me ha pasado con otros libros con el francés, y es algo molesto cuando no comprendes el idioma.
Y el tercero, que aunque la historia y la narración me han gustado, me ha costado un poco empatizar con la historia y comprenderla bien. Me cuesta creer en la posibilidad de que alguien tan cercano a mi desaparezca y no trate de buscarle durante todos esos años. Entiendo la argumentación y entiendo la historia que narra, pero desde mi perspectiva es impensable una situación así. Aún así no me he quedado con mal sabor de boca con la novela. Es una lectura ágil (es un libro muy breve que se lee en dos tardes) y he disfrutado con los cambios de voces narrativas.
Sólo un comentario más, que apuntó Aramys al finalizarla en Twitter. La novela está catalogada como novela negra, y no lo es. Para nada. La autora ha escrito más novela negra y creo que de ahí viene el fallo, en meter a todas sus novelas en el mismo saco. Da rabia porque últimamente ha habido bastante debate a este respecto en varios blogs: la intención con novelas muy recientes de que la editorial nos venda algo que no es. Si no es novela negra, pues no lo es y punto. No pasa nada, hay muchos lectores a los que no les gusta el género que podrán buscarla y leerla. Pero es un engaño creer que vas a leer algo que no es. Y da mucha rabia. Así que, señores editores, llamen a las cosas por su nombre y no lleven a engaño a los lectores, que tontos no somos.
Título: El loco de las muñecas
Autor: Empar Fernández
Editorial: LCLibros
ISBN: 9788493874018
Precio: 3,40 €(Ebook)
Genial reseña rubia 😉 y coincido en todo, aunque yo soy catalan, entiendo la molestia de encontrarte algo que no entiendes, e sun fastidio. A mi el libro ya sabes que no me disgustó, pero creo que si no lo hubieran catalogado cómo novela negra, jamás lo habría leído, no es de los que em gustan. Hay que decir que no creo que sea culpa de la autora esa catalogación, en la biblioteca donde pille el libro, no me supieron dar una respuesta a por que estava en libro etiquetado como novela negra…seguramente es cosa de la editorial como bien dices…
En fin creo que es una buena autora a la que tenemos que volver, esta vez si, con algo negro 😉
besos!
La verdad es que tiene un argumento que atrae.. pero no sé si es el tipo de lectura que me apetece ahora.
De igual modo, gracias por traérnosla!
Besos!
Has dado una explicación estupenda de la novela, creo que me has dejado claro que puedo encontrarme.
Un abrazo
Pues sí, las editoriales nos dan muchas veces una idea equivocada de la novela que nos vamos a encontrar. Y ésta, a pesar de no cumplir con lo que promete, mala pinta no tiene. Aunque ahora con tanto por leer…
Besotes!!!
Sí, es posible morir de pena, doy fe U.U
Me apunto el libro!
Besotes
Yo no me apunto el libro me resulta muy triste y extraño.
Gracias por la reseña en nombre de Empar. En cuanto a la etiqueta de novela negra, llevas razón, error nuestro, para nada de la autora. Hemos procedido a cambiarla inmediatamente por la de "contemporánea" que es la adecuada. Un saludo. Alejandro Pérez.Prat, director editorial LcLibros.
De momento no lo apunto porque tengo demasiados pendientes, quizás más adelante. Y sí, esta claro que es posible morir de amor. Un beso