Cuando fui a la biblioteca hace unas semanas y me puse a revisar las novelas de RBA para traerme una novela negra, me topé con esta de la que no había ni oído hablar. Pero en la contraportada ya te indican que se considera una de las mejores novelas negras jamás escritas, así que no pude resistirme.

 

Nuestro protagonista es George Stroud, un editor de una revista de un importante grupo editorial. Está casado (con Georgette) y tiene dos hijos (George y Georgia). Ya solo este dato resulta llamativo. A pesar de esta formal fachada de nuestro editor, es aficionado al alcohol y a las mujeres. Esta última afición le va a traer más problemas de los que parecían en un primer momento: tiene una aventura con la amante de su jefe, mujer que un buen día aparece muerta en su apartamento.

 

Resulta que su jefe, quiere descubrir quién es el culpable de dicho asesinato, y le encarga una investigación a George Stroud para descubrir quién fue el hombre con el que su amante pasó su último día. Ese hombre no es otro que George Stroud, que deberá llevar a cabo un minucioso rastreo de dicho hombre con ayuda de sus compañeros intentando desviar las miradas hacia otro lugar que no sea él.

 

La trama es elaborada, y hay un dato muy importante en este encargo que prefiero no desvelaros aunque es sabido desde casi el principio de la novela: quién es el asesino. Este dato no resta un ápice de misterio, porque la intriga la traslada a otra parte. Es todo un juego de despistes y artimañas llevado a cabo por no profesionales en el campo. No tenemos a un detective ni a un policía, sino simplemente a periodistas, hombres acostumbrados a sonsacar información y a meter las narices en todo.

 

La estructura de la novela puede que sea parte de la genialidad de la misma, y es que cada capítulo o bloque de ellos está narrado por cada uno de los personajes implicados, para que conozcamos el caso en primera persona por los narradores. Así descubrimos hasta qué punto saben lo que ha pasado, a quién han visto o no, y cuánta información poseen. Como tampoco tiene demasiados personajes es muy fácil de seguir, no tiene tantas voces como para llegar a despistarte con los personajes.

 

He de reconocer que el final lo he encontrado un tanto flojo, comparado con lo compleja que llega a ser la trama. Pero no hace sombra al argumento, la verdad. La resolución es un tanto atropellada, pero no influye a la magnífica historia que cuenta. Me ha tenido tan enganchada que me lo he leído en dos tardes (si, vale, no tiene demasiadas páginas…)

 

Un dato que me resultó sorprendente al buscar información para la reseña es que fue escrita en 1946, y os aseguro que ha envejecido de una manera genial. Si desconoces este dato en ningún momento sospechas que tenga más de medio siglo. Es una de esas grandes novelas del género, atemporales, y que todo amante de la novela negra debería leer.

 

*Datos curiosos que quizá empuje a los dudosos: el propio Raymond Chandler ha alabado esta novela, y a Boris Vian le gustó tanto que la tradujo al francés por propia iniciativa.

 

Título: El gran reloj.
Autor: Kenneth Fearing
Editorial: RBA (Serie Negra)
ISBN: 9788498678840
Páginas: 188
Precio: 17€.