Qué difícil va a ser hacer esta reseña. Y es que cuando lees un libro tan increíblemente bien escrito, no hay palabras para describirlo.

Es lo primero que leo de Saramago, y desde luego te hace entender la fama, el reconocimiento e incluso el merecido Nobel.

Lo más importante no es la historia, ni lo que cuenta, sino la cara de tonta que se te queda cuando página tras página te hace sentir pequeñita e insignificante, porque tanta maestría te deja con la boca abierta. Quizá algunos penséis que me estoy pasando, pero es lo que me ha hecho sentir. Algo parecido me pasó la primera vez que leí a Cela. Es una narrativa tan distinta, tan única, tan personal, que hace quedar como mediocres a grandes autores.

A pesar de que lo importante es cómo está escrito, os contaré el argumento. Aunque es bastante predecible. El título no es una casualidad: lo que nos va a narrar es la vida del bíblico Caín, pero a su manera. En la Biblia solamente encontramos la historia de Caín hasta el punto de matar a Abel y poco más. Pero Saramago despliega su abanico a gran parte del Antiguo Testamento, haciéndole testigo de la historia de Abraham, de Job, de Moisés e incluso de Noé.

Es una obra peligrosa, ya que el propio Saramago dijo cuando la publicó lo siguiente:

«Me resulta difícil comprender cómo el pueblo judío ha hecho del Antiguo Testamento su libro sagrado. Eso es un chorro de absurdos que un hombre solo sería incapaz de inventar. Fueron necesarias generaciones y generaciones para producir ese engendro»

Y es que le da un buen repaso tanto a Libro Sagrado de los Judíos como a Dios. Pero con razón, ya que si habéis leído el Antiguo Testamento, solamente encontramos un Dios vengativo y exigente con sus discípulos, y hay muchos ejemplos en el Libro: el sacrifico que pidió a Abraham de su hijo Isaac, la serie de torturas a las que sometió al paciente Job, la destrucción de Sodoma y Gomorra con todas las gentes que allí vivían…

Este es uno de los ejemplos del tono del libro y la clase de ideas que difunde:

«Algo sí he aprendido, Qué, Que nuestro dios, el creador del cielo y de la tierra, está rematadamente loco. Cómo te atreves a decir que el señor dios está loco, Porque sólo un loco sin conciencia de sus actos admitiría ser el culpable directo de la muerte de cientos de miles de personas y se comportaría luego como si nada hubiese sucedido, salvo que, y pudiera ser, no se tratara de locura, la involuntaria, la auténtica, sino de pura y simple maldad, Dios nunca podría ser malo, o no sería dios, para malo ya tenemos al demonio, No puede ser bueno un dios que le da a un padre la orden de que mate y queme en en una hoguera a su propio hijo simplemente para poner a prueba su fe, eso no se le ocurriría ni al más maligno de los demonios.»

De paso, con este fragmento, veis el estilo escogido para esta novela: sin diálogos más que los novelados, sin puntos apenas, con muy pocos puntos y aparte… Recuerda al estilo empleado en la Biblia. Solo que lo que dice es bastante contrario.

Creo que es una novela muy recomendable, incluso para gente muy creyente, ya que se trata de una novela y no creo que deba ofender a nadie la opinión de un escritor, por muy hiriente que parezca. El estilo del autor es increíble y es una novela muy cortita que se lee de un tirón.

Y sobre la edición, que se trata de una colección de El País, me ha gustado. Tapa dura, letra bastante grande que hacen que sea agradable de leer.

Espero con ansia encontrarle un hueco a Ensayo sobre la ceguera, sobre el que he leído maravillas en muchos de vuestros blogs.

Título: Caín (Caim)
Autor: José Saramago
Editorial: Alfaguara (de un coleccionable del periódico El País) (2011)
Año de publicación: 2009
ISBN: 9788420471754
Páginas: 189
Precio: 7,95 €