Ratas de Montsouris, de Léo Malet (1955)

Barrio de Montparnasse, París. Una noche calurosa de verano. Nuestro protagonista, Nestor Burma, se adentra entre las calles hundiéndose en la noche. Entra en un café en el que tan solo encuentra a un parroquiano y al dueño detrás de la barra. Bebe un botellín de cerveza, carga su pipa, y pasa a la parte trasera. Allí están los billares. Y Ferrand, un antiguo conocido de Burma. Charlan un rato — conversación intrascendente — y Nestor se va del local.

 

Esto es lo que sucede en el primer capítulo de Ratas de Montsouris, un fragmento en el que puede parecer que no ocurre nada, pero todo lo acontecido en él tendrá importancia para sucesos futuros. Además, las pocas palabras que Burma cruza con aquellos con los que se encuentra nos dan buenas pistas del tipo de personaje que tenemos delante. Más adelante descubriremos que estamos ante un detective privado en los años cincuenta en París. Con este inicio podemos ver que Malet va directo al grano, no se recrea en largas descripciones ni ubicaciones de lugar. Utiliza frases cortas, sabe hacer buen uso de los diálogos, y describe calle por calle del distrito donde se ambienta la novela. Pero sin excesos. Burma se mueve con soltura por los bajos fondos. Es prudente, sin embargo no por ello deja de ser osado.

 

París, 1951

 

Tras esta ubicación espacio temporal del arranque, veremos que toda la escena montada en el café era una farsa. Que Ferrand y Burma habían quedado a propósito, y que se le solicitó al detective que se presentase disfrazado. Todas las precauciones son pocas. Parece ser que hay varios millones en juego. Todo resulta extraño y misterioso, pero mientras el cliente pague, Burma se viste de mujer, de cura o se pasea en pelotas si es necesario. Cuando Ferrand aparece asesinado poco después, todo cambia y la imagen de conjunto que había logrado hacerse Nestor se distorsiona. Las piezas no encajan, y nada tiene sentido. Por ello, deberá recorrer las calles de Montparnasse para resolver el caso.

 

Malet acude a muchos de los estereotipos del género que pululaban por los años cincuenta, en gran parte influenciado por el éxito del personaje de Raymond Chandler, Philip Marlowe. Detective solitario, con una secretaria lista y resolutiva (que le servirá de compinche en este caso), hábil en el empleo de la ironía y el sarcasmo en los diálogos, lo que hará las delicias de los amantes del género clásico. Y con una composición de lugar urbana que algunos consideran imprescindible en la novela negra. Está considerado como uno de los padres del polar, al conseguir crear a uno de los primeros detectives policíacos franceses. Su retrato de las calles ha sido para mí el punto fuerte de la obra, consiguiendo que el lector se forme una nítida imagen dentro de su cabeza.

«La calle de Vercingétorix estaba tan muerta como el líder auvernés cuyo nombre ostenta. El silencio era total. A ciertas horas, el barrio era así. Las farolas eléctricas parecían alumbrar el camino de un cementerio. Por la calle de Alesia debieron de pasar por lo menos dos o tres coches, no precisamente despacio, arrancando con cierta brutalidad el alquitrán licuado de la calzada, pero aquel breve maullido no podía clasificarse en la categoría de los ruidos. Moría nada más nacer, como algunos amores.»

 

Alguien que supo captar a la perfección esa precisión descriptiva de casas y ambientes fue Jacques Tardi, el responsable de convertir en viñetas las aventuras de Nestor Burma. De hecho, en nuestro país suelen ser más conocidos los cómics que las novelas, ya que sus adaptaciones son precisas y preciosas.

 

 

 

Ratas de Montsouris pertenece a la colección Les Nouveaux Mystères de Paris, una serie publicada por el autor entre 1954 y 1959. En un principio iba a estar compuesta de veinte volúmenes (uno por distrito de París), pero Malet al final tan solo escribió quince. Esta sería la número cinco, si nos atenemos al orden de publicación, y estaría ambientada en el distrito 14. Y curiosamente: hasta donde yo sé, no había sido traducida nunca al castellano hasta 2011.

 

*Uno de los puntos fuertes de la edición de Libros del Asteroide son las notas introducidas por la traductora Luisa Feliu, que nos ayudan a comprender mejor las numerosas referencias a la época en la que la novela fue escrita.

 

 

 

 

Título: Ratas de Monstsouris (Les Rats de Montsouris).
Autor: Léo Malet.
Traductor: Luisa Feliu.
Editorial: Libros del Asteroide (2011)
Año de publicación: 1955.
ISBN: 9788492663361.
Páginas: 216.
Precio: 16,95€
Ficha del libro en Libros del Asteroide: http://www.librosdelasteroide.com/-ratas-de-montsouris

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. margari73 dice:

    No lo conocía. Y por lo que cuentas, parece que merece y mucho la pena. Lo tendré en cuenta.
    Besotes!!!

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  2. Sólo leí Calle de la estación 120, me pareció muy bueno. Nestor Bruma era interesante. Quizás es hora de volver a leer a Léo Malet. Un saludo.

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