Escribir una novela de humor, que provoque alguna sonrisa y quizá alguna carcajada es de por sí algo complejo. Creo que es más sencillo y menos arriesgado optar por un género más dramático y que resulta más fácil conmover que divertir. Pero lograr una novela que más de 100 años después de su publicación siga divirtiendo es algo de una complejidad muy elevada. Y Arnold Bennett lo consigue con Enterrado en vida, no sin la ayuda de la magnífica traducción de Vicente Vera, que traslada a nuestro lenguaje todo lo que Bennett quiere transmitirnos de un modo preciso y con la ayuda de unas cuantas notas explicativas para no perdernos ni un solo detalle.
Priam Farll es probablemente el más afamado y reconocido pintor de su momento. Su cuadros alcanzan sumas cada vez más elevadas y nadie duda de la maestría del artista. Pero ya sabemos que los virtuosos a veces pecan de extravagantes, y en el caso de Farll su mayor rareza es una extrema timidez que le impide tener contacto poco más que con su criado Henry Leek. Él es su lacayo personal y se ocupa de cada uno de los aspectos de la vida de Farll para que no tenga la necesidad de relacionarse con el mundo.
Una noche el criado de Priam Farll se encuentra muy enfermo. Ha pasado por el médico y mientras le prepara la cama a su señor, no puede aguantar un minuto más y se acuesta en ella. El médico acude a la casa, visita al enfermo y le comunica a Farll que está muy grave. Tanto, que pocas horas después fallece en la cama de su amo. El médico trata de conseguir un poco más de información del difunto: si tiene familia cercana, a quién hay que avisar de su muerte, y sobre todo… si ese Priam Farll que acaba de fallecer es quien piensa. El verdadero Farll comprende el error. El médico, al verle acostado en la cama del señor de la casa, ha asumido inmediatamente que se trataba del artista. A Farll le entra el pánico. El solo hecho de pensar en decirle a ese extraño que él es Farll y no el muerto hace que todo le dé vueltas. Por lo que no desmentirá la opinión del médico y pocas horas después la noticia será portada de todos los periódicos del mundo.
De una forma magistral, Bennett teje una comedia de enredo en la que todo es posible, desde que un criado termine enterrado en la abadía de Westminster a que Farll tenga una cita a través de una agencia matrimonial. La narración de Farll en primera persona ayuda a que todo lo que le sucede a nuestro protagonista resulte verosímil. Su consternación es palpable y a medida que transcurre la narración terminas asumiendo que no sería tan descabellado que algo como lo que le ha sucedido a él pudiera ocurrirte a ti.
Como golpe maestro encontramos una serie de críticas encubiertas (o no tanto) a la sociedad londinense de la época. Mientras alaba las virtudes de una existencia sencilla y una vida hogareña, ataca a esas importantes y ostentosas instituciones en las que todo tiene unas proporciones mastodónticas que ayudan a empequeñecer al individuo. Farll descubrirá las mieles de la vida doméstica, de una vida anónima. Y ya que el tema de fondo en toda la novela es el mundo del arte, aprovecha para arremeter contra la especulación y el enriquecimiento de los intermediarios a costa del esfuerzo de los verdaderos virtuosos del pincel.
Como broche a todo esto, algunas breves pero suficientes descripciones de diferentes partes del Londres del momento. Con cabriolés, salones de té, altos edificios, grúas transportando material de construcción, puestos de violetas en las esquinas, estaciones de ferrocarril, coches eléctricos, las riberas del Támesis, el Big Ben, Picadilly Circus…
Resultan destacables la presentación de Jesús J. Pelayo y el postfacio de José C. Vales, que ayudan a comprender un poco mejor quién fue Arnold Bennett y la importancia que tuvo en su momento, a pesar de que parece haber caído en el olvido en estas últimas décadas. Todo ello hace que tenga aún más valor la recuperación de Impedimenta de esta maravillosa novela.
Título: Enterrado en vida (Buried Alive: a Tale of These Days).
Autor: Arnold Bennett.
Traductor: Vicente Vera.
Editorial: Impedimenta (2013).
Año de publicación: 1908.
ISBN: 9788415578499.
Páginas: 304.
Precio: 20,95€.
Ficha del libro en Impedimenta:
Pues sí, resulta mucho más difícil hacer reír que llorar. Y que pasen los años y que un libro siga haciendo reír, tiene aún más mérito. Así que tengo que leer este libro.
Besotes!!!
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Gracias por pasarte a comentar, Margari. Como siempre.
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Estoy de acuerdo contigo y con Margari, es muy difícil hacer reír. A mi me gustan mucho los libros de humor, y si es humor inglés caso mejor. Y eso se une a que Impedimenta tiene unas ediciones preciosas y muy cuidadas, es casi imposible resistirse… ¡Espero que lo traigan a mi biblioteca!
¡Besotes!
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Trescatorce, es un libro que recomendaría a cualquier tipo de lector. La trama de escacharrante y la lectura muy amena. Ojalá se animasen a recuperar más obras del autor.
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Apuntado. A mi tampoco me hacen reír con facilidad.
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Esther, es más de hacer sonreír que reír a carcajadas. Pero desde luego que transmite muy buen rollo. Un personaje brillante.
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¡¡Qué buena pinta!! Lo he añadido a mi lista de deseos. Me da miedo el tema del humor, pues las últimas recomendaciones que me hicieron no me gustaron.
Me dijero que Sin noticias de Gurb era tan tan graciosa e hilarante que me quedé decepcionado y se me hizo pesado. Quizás esperaba demasiado.
Wilt, estuvo mejor, más humor negro 🙂
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