Esto empieza poco a poco a terminarse. El cansancio va haciendo mella en nuestros cuerpos y todos tenemos cara de sueño y la voz un tanto ronca por la ausencia de sueño y los paquetes de tabaco. Pero era viernes por la tarde y venía Sue Grafton a la ciudad, y con ella un montón de fans que se acercaron a escucharla al teatro Bart, un lugar muy acogedor y con un encanto especial. He de reconocer que estoy encantada con las ubicaciones de los actos de este año. Mucho más cómodas y con un toque especial.
Los teloneros de Sue Grafton (lo siento chicos, pero estoy segura de que había gente desde primera hora para coger sitio para verla a ella) fueron tres grandes y magníficos escritores: Víctor del Árbol, Eugenio Fuentes y Alexis Ravelo. Coordinados los tres, si es que se dejaban, por Jokin Ibáñez, conocido lector y currante en la sombra en el mundo editorial. El nombre de la charla, «Diversidad en la calidad. Tres propuestas actuales de narrativa negrocriminal«. Aunque la hora no invitaba a la fluidez de la charla se hizo lo que se pudo y salvaron los muebles.
Básicamente fue una charla para comentar sus propias novelas y especialmente las motivaciones que les han llevado a cada uno de ellos a escribir lo que escriben y cómo lo escriben. Por ejemplo, para Víctor y para Alexis los personajes son fundamentales. Para Alexis porque cuando quiere describir cómo son Las Palmas y la gente de Canarias lo hace a través de los personajes, no a través de las descripciones. Para Víctor porque cuenta el pasado, el recorrido de los personajes, para que veamos cómo han llegado al punto en el que están.
Uno de los temas que se debatieron en la mesa, fue si la novela negra es urbana o es rural. Es uno de los puntos en que los tres escritores no estaban de acuerdo, ya que Eugenio Fuentes afirmaba que hasta tiempo muy reciente una de las características de la novela negra es que es muy urbana, y Alexis Ravelo comentaba que no cree que sea eminentemente urbana. Él utiliza el recurso de que las grandes ciudades se convierten en junglas y las pequeñas en infiernos. Víctor del Árbol reflexionaba sobre que es normal que la novela negra haya sido urbana hasta tiempos muy recientes porque el ámbito rural es muy cerrado, tanto geográfica como intelectualmente. El ámbito urbano es más abierto, y por tanto más fácil de utilizar a la hora de construir un escenario para una novela.
A continuación vino uno de los platos fuertes de esta semana negra, al menos para mí. La madre literaria de Kinsey Milhone, de la que habéis visto por aquí ya varias reseñas. Y es que como afirma la propia Sue Grafton, Kinsey y ella son una sola alma con dos cuerpos. Y encima Kinsey se ha quedado con el cuerpo bueno, bromeaba. La razón por la que comenzó esta serie fue porque trabajaba para Hollywood escribiendo guiones y quería escapar de ese nido de buitres. Se estaba divorciando y por las noches no podía evitar pensar que el modo más sencillo para deshacerse de su marido era asesinándolo, y maquinaba cómo podría hacerlo. Finalmente, esas ideas las volcó en una novela y comenzó el alfabeto del crimen.
Es cierto que fue muy arrogante, un proyecto de 26 novelas cuando ni siquiera tenía contrato y que cuando vendió la primera novela solo tenía un borrador de 50 páginas. Pero le parecía un proyecto muy divertido y a la vez ha tenido mucha suerte.
La creación del personaje conllevó la elección de determinados factores. Por ejemplo, el hecho de que Kinsey envejeciese 1 año por cada 2 novelas y media. Quería que llegase al final de la serie a buena edad y en buena forma, con unos años en los que aún tuviera la suficiente vitalidad para querer seguir haciendo lo que hace. Debía ser en los años 80 para que no tuviese acceso a las nuevas tecnologías. A la autora le encanta el mundo digital, pero era más sencillo para el personaje no disponer de internet ni de teléfono móvil. No le gusta la libertad que te da el anonimato de la red para insultar y expresar determinados comentarios que de otro modo no harías.
Nos comentaba las similitudes y diferencias entre Kinsey y ella. Las dos están divorciadas dos veces, a las dos les gusta la comida basura, aunque Sue ahora se cuida más que Kinsey, a Sue le encanta la vida doméstica y cocinar, mientras que a Kinsey la única tarea del hogar que adora es limpiar. Ambas corrían en principio, pero con los años Sue ha sustituido el footing por caminar, y camina unos 14 km al día, lo que le da tiempo de pensar en sus historias. Todo lo que Kinsey sabe hacer es porque Sue ha aprendido antes: ha aprendido a disparar, y lo hace realmente bien, ha asistido a cursos de leyes, ha ido a morgues, a cárceles… Kinsey ha sido un enriquecimiento constante para la vida de Sue.
Una pregunta inevitable, es si no se ha planteado vender los derechos para el cine o la televisión, ya que es una serie que quedaría fabulosa en pantalla. Y la respuesta es rotunda: no. Está convencida de que los buitres de Hollywood destrozarían sus novelas y al personaje de Kinsey, escogiendo alguna actriz que no se parecería en nada. Bromeaba comentando la adaptación del personaje de Lawrence Block, Bernie Rhodenbarr, un hombre blanco y judío para el que se escogió a Whoopi Goldberg para interpretarlo. Prefiere que Kinsey sea como cada lector quiere que sea, que la dibuje en su mente a su antojo.
Fue un verdadero placer escucharla hablar. Una mujer con un enorme sentido del humor y tremendamente agradable. Y con una paciencia infinita, porque la cola para las firmas era más que larga, y con todos habló unos momentos y posó amablemente para las fotos. Un verdadero encanto. Y guapísima además.
Para cerrar la jornada, y con ello casi esta edición de BCNegra, sentaron en el escenario a los editores de distintos países de las novelas de Petra Delicado de Alicia Giménez Bartlett. Estaban los editores de Alemania, de España, de Finlandia y de Italia. Hablaron acerca de los diferentes públicos de los distintos países. La propia creadora de Petra Delicado insistía en que son más las cosas que nos acercan que las que nos diferencian entre los distintos países.
Editorialmente, en cada país se utilizan distintos reclamos. Por ejemplo, en Finlandia se utilizan mucho portadas en las que quede claro que la novela se desarrolla en Barcelona, como usar una imagen de la Sagrada Familia o de algún punto conocido de la ciudad. También se introduce el nombre de la protagonista en el título para que la gente asocie rápidamente las novelas con el personaje. En Alemania son muy dados al cambio de los títulos, tanto por temas legales para no repetir títulos que ya existan, como para hacerlos más atractivos al público alemán. Alicia nos puso el ejemplo del cambio de El silencio de los claustros a La monja sorda, que es como se publicó en Alemania. Las ediciones en Italia son completamente diferentes, de hecho las novelas de Delicado parecen más libros de poemas que novelas negras en este país.
En definitiva, cambios y adaptaciones, pero todo ello debido a que conocen el mercado de sus respectivos países y por ello tratan de amoldar las novelas llegadas de fuera a ese público y a ese mercado.
Me hubiera encantado estar allí escuchando a Sue Grafton y a Alicia, te agradezco muchísimo la crónica, me ha gustado saber las similitudes y diferencias entre Sue y Kinsey y saber por qué sus libros no se han llevado al cine.
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Todavía no me he estrenado con Sue Grafton. Y mira que siento curiosidad por sus novelas. Una estupenda crónica, como siempre. Gracias!Besotes!!!
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Vengo hasta aquí dirigida por Mis Detectives Favoritos, y quiero dejarte constancia de que me has hecho pasar un rato casi cinematográfico con el relato que haces del paso por la BCNegra de dos de mis escritoras de culto: Sue Grafton y Alicia Giménez Barlett. Me imagino tal y como describes a Sue de la que estoy disfrutando, por anticipado de su W, que espera paciente en la estantería, a que finalice los Crímenes que no olvidará Petra. Tan llena de ironía como lo es la autora.Volveré.
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