Manos sucias, de Carlos Quílez (2014)

 

Resulta extraño abrir un libro, comenzar a leerlo, y tener que mirarlo dos veces para comprobar que estás leyendo un libro y no un periódico. Eso es lo que sucede con los libros de la serie de Patricia Bucana de Carlos Quílez. Con «Manos sucias» tenemos ya tres entregas de sus crónicas periodísticas, siendo las dos anteriores «La soledad de Patricia» y «Cerdos y Gallinas».

 

Como en ocasiones anteriores, varios son los casos que tratan tanto nuestra protagonista Patricia, redactora jefa del área policial y judicial del diario Informaciones, como su gran amigo Andreu García Muñoz, inspector de los Mossos d’Esquadra. A pesar de sus diferentes profesiones son como un caballero y su escudero, sin quedar claro quién ejerce cada papel porque los roles van cambiando. Él nutre de noticias el periódico con chivatazos y exclusivas que pueden ser publicadas, y ella publica en el momento adecuado o para no reventar una acción policial o para hacer de detonante de una reacción en cadena.

 

Como bien podemos apreciar por la portada y el título del libro, el hilo conductor es la corrupción de nuestro país. Todo comienza con un pequeño descubrimiento, algo ínfimo para lo que surgirá al tirar de la manta: un alcalde que dos veces por semana se homenajea con mariscadas a costa del dinero de los contribuyentes y que posee una casa de verano que según sus cuentas nunca ha pagado. Incluso el fiscal al que le cuenta esta información nuestro inspector ve que es una estafa ínfima para lo que está acostumbrado. Pero así comienza todo, con pequeños actos de estafa y corrupción que al final te acaban cubriendo hasta el fondo.

 

A esto, tenemos que sumar la sensación de terror que se genera en Barcelona y Girona debido a una serie de asaltos en segundas residencias de importantes personalidades. Estos asaltos se efectúan siempre con los propietarios en casa, y según los agredidos han sido perpetrados por un comando albano-kosovar. O eso quieren hacer creer a la policía. La realidad es que hay un trasfondo mucho más sucio detrás, en el que hay que incluir orgías y actos sexuales de carácter homosexual con menores.

 

Como no podía ser de otro modo debido al momento en que se escribió, en la novela también tenemos el caso de Cérdenas, el contable del partido del Gobierno, al que se le descubren una serie de cuentas en paraísos fiscales, así como una buena cantidad de concesiones de contratos públicos ilegales a cambio de jugosas comisiones que han ido a parar a la contabilidad B del partido. ¿Os suena de algo?

 

Como sucede con este tipo de novelas tan bien documentadas, siempre te quedas con la duda de cuánto de lo que te cuentan es cierto y cuánto es novelado. Desde luego, el punto fuerte es precisamente esa documentación tan exhaustiva que hace que toda la trama en su conjunto esté muy bien perfilada, sin escollos, sin partes que crujan por no casar bien. También es muy destacable la narración que se nos hace de los procedimientos tanto periodísticos como policiales, resultando destacable un momento en que dos fuerzas de seguridad diferentes acuden a una misma detención y deben ser ellos mismos quienes decidan quién lleva a cabo la detención.

 

Aunque la mejora respecto a las dos entregas anteriores creo que es muy notable, en ocasiones el exceso de información puede ser abrumador. La primera mitad de la novela es más llevadera, mucho más narrativa que las dos anteriores, añadiendo más descripciones y fragmentos que hacen que la historia fluya con facilidad. Pero a partir de la segunda mitad son tantos los datos que se aportan que a veces vendría bien un respiro, algún capítulo un poco más liviano y menos informativo. A pesar de ello, son tan solo 250 páginas que he leído de una sola sentada, por lo que está claro que no es para nada una novela pesada ni difícil de leer.

 

Lo peor de todo es esa sensación de cotidianidad que sientes al leer la novela. Ese sentimiento de que llueve sobre mojado, de que todo eso ya ha pasado, aspecto que por supuesto no es culpa de la novela, sino de lo devastadora que es la realidad que vivimos. Ya casi no nos sorprendemos al leer estas noticias en un periódico, porque día tras día se dan los mismos casos de corrupción y nos estamos acostumbrando tanto a ellos que apenas nos impactan. Creo que este tipo de novelas son valiosas para pararse a reflexionar sobre lo que estamos viviendo cada día, y para que más allá de los periódicos queden reflejados todos estos actos en una novela. Sí, una novela de ficción. ¿O se trata de una realidad novelada? Eso debe ser el lector quien lo juzgue.

 

Título: Manos sucias.
Autor: Carlos Quílez.
Editorial: Alrevés (2014)
ISBN: 9788415900825
Páginas: 256.
Precio: 17€
Ficha del libro en Alrevés: http://www.alreveseditorial.com/fitxallibre.php?i=127

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Margari dice:

    Primera reseña que leo de este libro y pinta muy pero que muy bien. ¿Dejarás de tentarme alguna vez?Besotes!!!

    Me gusta

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