Con la jornada de ayer sábado cierro mi visita a Getafe Negro. Solo puedo sentir gratitud. No solo me voy con un montón de conocimientos nuevos, listas de libros para leer y muchas recomendaciones, sino con caras nuevas, momentos de reencuentro y desvirtualizaciones de gente que conocía hacía tiempo vía web.
Por otro lado no puedo dejar escapar la oportunidad de dar las gracias a la organización por la acogida y todo el cariño que me han demostrado. Me voy con muy buenas sensaciones tanto por el trato recibido como por las charlas organizadas, que las ha habido de mucha calidad.
Ayer ya era sábado y eso ha implicado que ya no hubiese mesas por la mañana, aunque sí presentaciones en la plaza donde están las casetas de los libros, con una carpa estratégicamente colocada para que la gente sienta curiosidad y se acerque a ver qué está pasando ahí.
A las 12 tuvimos la presentación de la revista Fiat Lux, en la que ya sabéis que colaboro con alguna reseña de vez en cuando. Nos informaron del criterio que siguen para la selección de los reportajes de la revista en papel, y Esteban Navarro contó un montón de anécdotas policiales reales para ilustrarnos.
Acto seguido, tuvimos las presentaciones de las novelas de Jon Arretxe y Félix G. Modroño. Siempre es un gusto oír a dos grandes personas como son ellos hablando de sus novelas y convenciéndonos para leerlas. Félix llevaba Secretos del Arenal, novela que sale a la venta en muy pocos días, y nos estuvo desgranando la trama de la novela hasta donde podía contarse. Por su lado, Jon nos regaló una magnífica galería de fotos de los lugares donde transcurren sus novelas y de los sitios que ha visitado para documentarse. Siempre sabe darles ese toque diferente, aportándote un montón de información sobre la situación de desventaja social que viven los habitantes del barrio de San Francisco donde transcurren sus novelas.
CONVERSACIÓN CON MITSUYO KAKUTA
A pesar de ser la novela japonesa el tema invitado al Getafe Negro de este año, han sido muy pocas las mesas o presentaciones relacionadas con este país. Y por desgracia, porque lo poco a lo que he asistido merece mucho la pena, es todo un mundo por descubrir para mí.
Tuvimos el honor de poder escuchar a una de las escritoras más conocidas y premiadas de Japón hoy en día, Mitsuyo Kakuta. Como bien apuntó Lorenzo Silva, da gusto ver que aún hay gente que escoge la cultura a otro tipo de eventos deportivos, y la asistencia fue muy grande.
El tema de La cigarra del octavo día, la novela que Galaxia Gutenberg acaba de publicar este mes en nuestro país, es una excusa para abordar un problema muy presente en la cultura japonesa: la violencia verbal de género. En la novela una mujer roba un bebé y nos contará la angustia de la ladrona por tratar de no ser encontrada. Kakuta escogió este tema porque le interesaba abordar la maternidad desde el punto de vista de que se da por hecho que si puedes tener hijos puedes ser madre y cuidar de tu hijo como algo natural. Pero el hecho de dar a luz no te otorga una capacidad para poder encargarte de un bebé de forma inmediata. En Japón no es igual la relación entre una madre y sus hijos dependiendo si son varones o hembras. Lo que a priori debería surgir como una relación evidente, no lo es tanto, distanciándose las hijas y las madres.
Respecto al tema del acoso, Kakuta comentaba que Japón es un país que va con mucho retraso en estos temas. De hecho según nos comentaba el concepto de acoso sexual es muy reciente, y aún así mucha gente no lo percibe como un problema. Ella en sus novelas parece ser habitual que muestre la figura de un hombre que agrede psicológicamente a una mujer. Tanto, que algunos hombres japoneses le han recriminado que siempre aparezca esa figura dejando en tan mal lugar a los hombres japoneses. Pero la realidad es que en la sociedad japonesa no se comprende la gravedad de esos ataques.
Kakuta es muy prudente. Expone este tipo de problemas pero no aporta un juicio de valor en sus novelas, deja que sea el lector el que decida qué punto de vista quiere tomar.
Dentro del boom de la novela japonesa, se percibe la aparición de muchas escritoras mujeres, y nos comentaba Mitsuyo Kakuta que desde finales de los 80 a principios de los 90 habían aparecido muchas autoras mujeres, y que habían proliferado especialmente desde 2000. Además, son escritoras que utilizan un lenguaje muy propio de su generación, por lo que gusta mucho a los lectores.
La autora japonesa es muy disciplinada, ya que su trabajo de escritora es de 9 a 5, como si fuese un horario de oficina. Aunque confiesa que de esas 8 horas productivas realmente suelen ser 2 o 3, ya que se dispersa con mucha facilidad. Aunque es cierto que pueda parecer que es una rutina muy estricta la que se pone, para ella es muy gratificante pensar que a las 5 de la tarde terminará de trabajar.
Aunque es una autora muy activa en redes sociales, lo es de una forma un tanto peculiar. Cuando se produjo el terremoto de 2011 durante días la población no tuvo teléfono ni forma de comunicarse o informarse. Twitter en ese momento produjo una ayuda tremenda para poder informarte de qué estaba pasando en el país. Pero la gente también empezó a publicar sin ningún tipo de pudor cómo se sentían respecto a esta situación que se vivió. Ese es un rasgo muy poco apropiado en la cultura japonesa, donde no se muestran los sentimientos en público, es una sociedad muy contenida. Por ello, es muy prudente y simplemente comparte cosas más frívolas, como decenas de fotos de su gato (@Kakutamitsuyo)
Parte de su éxito viene de que las novelas de Kakuta son muy entretenidas. En Japón hay una barrera muy grande entre las novelas de entretenimiento y las novelas consideradas serias. Y ella está en un limbo intermedio, lo que convierte a sus novelas en muy populares.
EL NOIR CLÁSICO EN EL CINE
En esta charla se abordaron una gran cantidad de temas respecto al cine negro con una fórmula de conversación distendida entre Lorenzo Silva, Eduardo Torres-Dulce y Enrique Bocanegra. Se afirmó, entre otras cosas, que el cine y la novela negra en esencia son estilo. Ese estilo es necesario para captar el ambiente, el segundo elemento que consideraban fundamental. Y el tercero son los personajes. Y es que el cine negro ha roto muchas fronteras, siendo el único género que desde el cine clásico ha conseguido mantenerse.
Chandler perdió su trabajo porque era alcohólico y porque se liaba con las secretarias. Pero formó parte de ese ejército de ciudadanos que tuvieron que reconstruirse tras esa crisis tan grande que vivió el país. Se creó el caldo de cultivo para que hubiera una serie de espacios propicios para este tipo de historias, como las revistas tipo Black Mask. Esas revistas se convirtieron en un diagnóstico muy incómodo de una sociedad profunda. Algo muy notorio es que este tipo de novelas las leían sobre todo personas que no tenían ascendencia en ese país, los inmigrantes que se plantaron desde distintos lugares del mundo y que ayudaron incluso a aprender el idioma para muchos ciudadanos. Eran revistas escritas con un lenguaje muy popular.
Hoy en día el papel que tuvo el cine negro clásico lo ocupan las series de televisión. Con las series de televisión sí que se ha cambiado mucho el papel del héroe. El arranque está en “A quemarropa”, pero lo vemos hoy en día con Breaking Bad o Los sopranos, considerando a sus protagonistas como héroes, y hay que tener en cuenta qué tipo de personajes son.
Según Lorenzo Silva, la televisión ha planteado una panoplia amplísima dentro del género criminal. Para Lorenzo las dos grandes series son The Wire y Breaking Bad, que además se mueven en los dos extremos de este binomio. La manera en que The Wire ha reordenado al ejercicio de la investigación policial es un reflejo de la sociedad de la transición del s. XX al XXI. Breaking Bad quizá es menos realista, pero es un tremendo ejercicio de estilo, que además nos cuenta la realidad de la segunda peor frontera del mundo (apuntando que la primera es Melilla)
True Detective, para Lorenzo, tiene el fallo del personaje de Matthew Mcconaughey. Sin embargo, Torres-Dulce considera que True Detective es una serie que va a cambiar aspectos fundamentales de la forma de hacer series. Galveston, novela escrita por el guionista de la serie, es de lo mejor que ha leído en mucho tiempo, con raíces profundas en Faulkner.
Gracias a una pregunta del público se reflexiona sobre el papel de la femme fatale, un personaje que ha desaparecido del cine. A pesar de ser un gran personaje, muy icónico del mundo del cine, su desaparición es positiva, porque la femme fatale surge en un momento en que las mujeres adoptaron ese rol por el tipo de sociedad discriminatoria y opresora en que vivían. Y el que haya ido desapareciendo implica que las mujeres ya no necesitan tanto recurrir a sus «armas de mujer» para conseguir lo que buscan.
Interesante reportaje. ¡Que envidia me has dado!
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Gracias de nuevo!! Y como dice Eva, qué envidia me das!Besotes!!!
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Trabajo incansable Marta. Me quito el sombrero. Dentro de poco te veo por televisión como pasa en la CNN, un buen blogger no tiene precio para los americanos. Un beso y nos vemos. José Andrés Espelt
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