El origen de la tristeza, de Pablo Ramos (2007)

 

El origen de la tristeza es una de esas novelas que a pesar de lo corto de su extensión apetece degustar poco a poco. 168 páginas te las devoras en una tarde de domingo, pero este es uno de esos libros que te pide leerlos en tres partes. En tres partes, porque tres son los relatos que contiene. Tres historias relacionadas, con los mismos personajes y el mismo paisaje, pero que podrían perfectamente leerse de forma independiente.

 

Gabriel es un muchacho a caballo entre la infancia y la madurez, ese punto intermedio de nuestras vidas en que todo es cuestionable y entendemos el mundo menos que nunca. Ese momento en que todo son dudas e incertidumbres, en que las fantasías y el sexo colman nuestras horas, y en que la amistad es un pilar fundamental en nuestras vidas. Gabriel vive en un barrio llamado El Viaducto, en los años 80. Ese tipo de infancia que a pesar de que se desarrolla en la otra punta del planeta se parecen más a las nuestras que la de los niños de hoy en día. Ese tipo de infancias en que pasábamos la vida en la calle, con la bicicleta a cuestas a todas horas, desapareciendo durante horas de casa, y haciendo mil trastadas con los amigos.

 

Ese tipo de ambiente es en el que se mueve Gabriel, solo que en un barrio mucho más miserable que en el que crecimos muchos de nosotros:

 

Al año de haber nacido Julia nuestra pieza tuvo que ser dividida en dos para hacer la suya. Papá simplificó la construcción al máximo y levantó una sola pared, dejando media ventana para cada lado. Y si dormir en una pieza con media ventana que da a una cocina es algo que suena raro, peor era que la de papá y mamá ni siquiera tuviera ventana, y su única abertura fuera una puerta doble que daba directo a la nuestra. Así que, para poder entrar en su habitación, ellos tenían que pasar por la nuestra. También para ir a la de Julia. Para ir de nuestra pieza al baño había que pasar por el comedor, y para ir desde la de papá y mamá, había que ir primero a nuestra pieza y luego al comedor. Un comedor que en la época de los abuelos había sido una galería, y que tenía por techo un toldo de aluminio donde la lluvia, por más finita que fuera, sonaba como la tormenta del fin del mundo.

 

Si extrañáis algo en el lenguaje del texto, es que sí, es castellano pero con fuerte carácter argentino. Ese ha sido uno de los puntos en contra para mí del libro, porque me ha costado despegar, sentir que leía una lengua extraña para mí. En el segundo y tercer relato no he tenido ningún problema, pero en el primero reconozco que me sonaba raro.

 

La historia, como podéis apreciar en el fragmento que os copio, está narrada en primera persona por el propio Gabriel, lo que la hace aún más cercana. No tiene ningún pudor a la hora de expresar cómo se siente, qué es lo que ve, lo que le gusta y lo que no. Se aprecia aún esa inocencia que nos permite sincerarnos abiertamente y cuestionarnos cosas que con los años solo haremos en privado o incluso de forma interior.

 

Uno de los factores que al terminar el libro vi como negativos, pero que tiene completo sentido con la historia, es que se trata de una narración abierta. No solo un final abierto, aspecto al que estoy acostumbrada y no me importa cuando está bien llevado, sino que toda la narración es abierta. Podría tratarse perfectamente de tres capítulos al azar de una novela. No tiene un arranque definido ni un final concluso. Y en todo momento no te transmite sensación de algo cerrado, de conocer todo el entorno, todas las circunstancias de la vida de Gabriel. Todo lo contrario, te quedas con ganas de que te cuente más. Pero es parte de la magia de la novela, que es como vislumbrar por un agujero en la pared un trocito de su vida y de sus sentimientos.

 

Creo que Pablo Ramos ha escogido unos de los momentos de nuestras vidas más difíciles de plasmar, cuando todo te molesta, cuando sabes más que nadie y cuando los adultos son el enemigo a batir. Es muy difícil plasmar cómo te sientes cuando abandonas la inocencia y el arropo de tus padres, cuando quieres comerte el mundo, cuando la pasión y la impulsividad mueve tu vida. Y Pablo Ramos lo hace a la perfección, hay decenas de frases y de guiños que te transmiten ese origen de la tristeza, palpar ese sentimiento de hastío, de desapego, de rebeldía.

 

El origen de la tristeza es una historia tierna y melancólica, donde las cosas más importantes no son las más relevantes, sino las que hacen que el corazón te dé un vuelco. Una pequeña y breve delicia para saborear y disfrutar poco a poco, con un café y un sofá, en un día nublado o de lluvia. Una historia en que lo que priman son los pequeños detalles que hacen que la disfrutes y a la vez sufras con ella.

 

 

 

 

El-origen-de-la-tristeza-2

 

*De nuevo vuelvo a hacer una especial mención a la edición. Y es que ¿a quién no le han llamado ya la atención las hojas con los bordes de colores de Malpaso? Si no te han llamado aún la atención, es que no las has visto en persona. Libros muy cuidados, en tapa dura y con una tipografía preciosa. Además, por la compra del libro de papel, te puedes llevar también el digital. Pequeñas editoriales que cuidan de sus lectores.

 

 

Título: El origen de la tristeza.
Autor: Pablo Ramos.
Editorial: Malpaso (2014)
ISBN: 9788415996064
Páginas: 168
Precio: 21€
Ficha de El origen de la tristeza en Malpaso: http://malpasoed.com/tienda/es/ficcion/24-el-origen-de-la-tristeza-9788415996064.html

8 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Me llamó la atención este libro desde que lo vi, pero no tenía mucha referencia. Pese a los peros que le pones creo que me pesan más las cosas positivas que apuntas, así que me lo voy a apuntar. Gracias y un saludo!

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  2. Margari dice:

    A pesar de los peros que le pones, me llama mucho la atención este libro. Besotes!!!

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  3. Trescatorce dice:

    Pues sí que tiene buena pinta la novela, sí. Y esa edición es preciosa. Cómo me gusta cuando las editoriales nos miman…La apunto para un futuro.¡Besotes!

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  4. Blanca dice:

    Me atrae el título, el carácter melancólico y la ternura. De momento olvidaré los detalles negativos.Un abrazo

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  5. El final abierto se compensa con las dos continuaciones que tiene este libro: "La ley de la ferocidad", donde Gabriel es adulto, y "En cinco minutos levántate María", protagonizado por la madre de Gabriel, ambos excelentes. Recomiendo. Pásate por mi blog si te interesan reseñas de estos dos: http://www.resistirse-es-futil.blogspot.com .

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  6. Evelyn Neira dice:

    Quiero leer éste libro.

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  7. Monica Martino dice:

    Voy a leer éste libro

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