Los que me seguís vía Twitter habréis visto ya que estoy en Gijón y en la Semana Negra nada menos. Llevaba años queriendo venir y dedicarme a ver presentaciones de libros y stands de librerías. La verdad es que el recinto hoy en día es un batiburrillo de puestos de ropa, bolsos, comida y atracciones de feria. Hasta cierto punto, lo comprendo, la ciudad aprovecha el tirón para sacar dinero del turismo. La pena es que la verdadera Semana Negra, y lo que le da nombre al final pasan de puntillas, acercándose muy pocos curiosos a ver qué hacemos esos 4 raros oyendo hablar a alguien sobre libros.
Aterricé por aquí el sábado a medio día. Venía atraída por las luces de los focos que enfocarían a Petros Márkaris, quizá el escritor más internacional y renombrado de esta edición de la Semana Negra. Pero por el camino, vía Twitter quedé para conocer a Anik Lapointe, nada más y nada menos que la responsable de la colección Serie Negra de RBA, un referente en la novela negra en nuestro país. Sólo la idea hacía que me diese un ataque de nervios. Pensar quién es ella en el panorama editorial de nuestro país, hizo que la vergüenza y la cobardía no me dejasen hablar de más cosas con ella. Pero fue una gozada conocer sus inicios, su trayectoria, oírla hablar con pasión de libros, y llevarme apuntada más de una recomendación. ¡Y un regalo! Los detalles de todo lo que hablamos, lo dejo entre ella y yo.

Un ratito después, nos acercamos a oír a Márkaris, pero para mi desgracia para oírle hablar mucho de política y poco de libros. Mi ilusión se quedó un poco truncada en este aspecto.
El domingo ya acudí libreta en mano de presentación en presentación. Os resumo un poco lo que ví y escuché por aquí.
Primero de todo, como me había quedado con un poco de mono de Márkaris, acudí a «Felix de la Concha pregunta mientras pinta a Petros Márkaris». Cada día, escogen a uno de los asistentes a la Semana Negra para retratarle, y el retratado es entrevistado a la vez. Sí que nos apuntó alguna cosilla sobre sus libros, como que la esposa de Jaritos está inspirada en su madre, y algún secreto más de familia.
– PRESENTACIÓN DE DON DE LENGUAS, DE ROSA RIBAS Y SABINE HOFMANN.
Esta era una de las presentaciones que me traía apuntadas en la agenda. En primer lugar por la recomendación de la novela por parte de Alexis Ravelo, y en segundo lugar porque ya el nombre del encuentro despertaba mi curiosidad: «A cuatro manos: Don de lenguas, de Rosa Ribas y Sabine Hofmann». Y es que una novela con doble autoría, tiene que ser complicada de escribir y de plantear.
En primer lugar, nos situaron en cómo se escribe una novela con dos cerebros. Plantean la idea, esbozan la historia, y se dividen los capítulos para escribir. Luego, se los intercambiaron, leyéndolos y cambiando cosas por el camino. Otro problema a la hora de abordar los dos puntos de vista fue la traducción. Sabine es alemana, y Rosa española. Cada una escribió sus capítulos en su lengua, y al traducirlos a la otra lengua te puedes tomar más libertades creativas que un simple traductor. El proceso fue complejo, y hubo muchas discusiones por el camino, pero el resultado es Don de Lenguas.
Querían una novela protagonizada por dos mujeres, como sus dos escritoras, y ubicadas en los años 50 en España. Esto ya es un handicap, porque no querían unas super heroínas, sino mujeres reales de los años 50, con sus limitaciones y problemas de esa época. Es decir, que no fueran excesivamente feministas, porque no sería verosímil. Existía una forma de feminismo, sí. Pero un feminismo a la fuerza, porque no te quedaba otra si querías llegar a algo.
Rosa Ribas nos remarcaba que hablando con sus padres y familiares comentaban que los años 50 eran unos años de grandes silencios, en que se sabían muchas cosas, pero no podía hablarse de lo que se sabía. El padre de Rosa, le contó cómo era la vida cotidiana de la época, el día a día, lo que no te cuentan en los libros. Como por ejemplo, lo importante que podía llegar a ser conseguir un par de medias. Tanto, que cuando las tenían se pintaban la costura en la parte trasera de la pierna para que quedara claro que las llevaban.
Una de las protagonistas es, Ana, periodista. Quiere escribir en un periódico, pero llegando a algo más dentro de los límites de su época. La otra, Beatriz, está en un exilio interior. Es una profesora represaliada. Sólo quiere irse, no puede continuar con su vida aquí. Hasta que conoce a Ana.
En tercer lugar tenemos el papel del inspector, más que necesario para hacer creíble la trama, porque en aquella época a una mujer no se la permitía ser investigadora. Isidro Castro, de este modo, fue creciendo poco a poco hasta convertirse en el tercer protagonista.
El tema de la censura también está muy presente. Ana, como periodista, sabe de sobra lo que puede y lo que no puede escribir. Debe utilizar muchos eufemismos, y aceptar las reglas del juego.
Para conocer más sobre la historia que cuentan, no quedará otra que leerse la novela.
– ENCUENTRO CON FRANCK THILLIEZ.
Muchas son las recomendaciones que he visto por la blogosfera de este autor, y cada vez le tengo más ganas. El encuentro estuvo muy bien, aunque por lo poco que sé de francés creo que se perdió un poco por el camino…
Thilliez es un ingeniero informático pasado a la literatura. Siempre ha estado muy influenciado por el cine, por lo que nos contaba. De niño, le apasionaban las novelas de terror, desde los 11 años. Pero le producían terribles pesadillas. Hasta que comenzó a escribir y a atormentarnos a nosotros con sus novelas…
Acerca de sus novelas, comentaba que para él es tan difícil crear a los personajes como las tramas. Con los personajes existe el problema de que ya hay muchos detectives de novela negra muy estereotipados, y es difícil cambiar esto. Si es un policía demasiado feliz, no resulta creíble. Y si es demasiado atormentado, es igual que todos los demás. Utiliza en sus novelas muchos personajes recurrentes que ser repiten de una a otra, lo que suele gustar al lector porque le ayuda a ubicarse en el entorno, y de este modo genera dos tramas paralelas: la del crimen y la de los personajes. Ellos van envejeciendo con nosotros, porque además si entre novela y novela pasan dos años de nuestras vidas, también los pasan de las vidas de sus personajes. Esto, sirve de ayuda para enlazar con las tramas de sus vidas durante el tiempo transcurrido.
Sobre el modo de generar suspense en sus novelas, comentaba que tiene claro qué tipo de género está abordando, y por ello desde la primera página tiene que atrapar a sus lectores. No le gustan ese tipo de tramas en que tardas 200 páginas hasta que por fin no puedes soltar el libro. Escoge capítulos cortos, y con tensión dramática en cada uno de ellos.
Comentaba que uno de los motores que le han llevado a ser escritor es intentar comprender qué es lo que lleva a un hombre a cometer un asesinato. Cómo un padre de familia puede ser capaz de asesinar a otro hombre que también es padre de familia. Aquí, entra también en juego su formación científica, y la añade en sus novelas: genética, memoria, cerebro…
Uno de los fallos que ha reconocido fue que cuando comenzó a escribir, desconocía los procesos de la policía francesa. Pero según fue escribiendo más novelas, comenzó a indagar. Descubrió que estaba cometiendo muchos fallos, como el de que un policía fuese a patrullar él sólo. Por ello, introdujo a una compañera que ha acompañado al inspector Franck Sharko.
Brevemente nos contó qué temas tocan sus dos de sus tres principales novelas traducidas al español:
– El síndrome E: Trata acerca de cómo se puede generar violencia a través de la proyección de imágenes violentas en el cerebro. Para ello, se inspiró en un hecho real, que fue la emisión de imágenes subliminales durante la campaña electoral que ganó François Mitterrand, en el telediario de máxima audiencia. No eran imágenes que incitaran a votarle, sólo imágenes suyas, por lo que no era una manipulación directa.
– Atomka: Trata acerca del poder del átomo y la fuerza genética, el uso de los humanos como cobayas. Se inspiró en un vivencia personal de hace unos años. Su esposa y él acogieron a una niña de 8 años que vivía muy cerca de Chernóbil. Su familia era tan pobre que no podía vivir en otro sitio. Existe un problema con el cesio, está en los alimentos y en el agua, y es altamente cancerígeno, por lo que niños que no vivieron el desastre de Chernóbil siguen sufriendo sus consecuencias.
– PRESENTACIÓN DE TWIST, DE HARKAITZ CANO.
Como no sólo de famoseo se sostiene el festival, uno de los encantos es sentarte a escuchar hablar de una novela o un autor que no conoces de nada. En este cano, no conocía ni a una ni al otro. Pero es que quien presentaba la novela junto al autor era nada más y nada menos que Paco Camarasa, quien está al frente de la famosa librería barcelonesa Negra y Criminal. Su criterio es un referente, así que ahí me senté a escuchar hablar.
La novela está inspirada en el caso Lasa y Zabala. A mi me pilló muy de niña, pero para quien no lo conozca fue el primer acto terrorista llevado a cabo por el GAL. Dos chavales de 20 años, desaparecieron en el 83, en el 85 aparecen enterrados en cal viva y en el 94 reconocen sus cadáveres.
No se trata de una novela documental, como nos apuntaba el propio autor, sino que se trata de una novela de ficción, y debido a ello se ha tomado muchas libertades.
Los personajes principales son Soto y Zeberio (Lasa y Zabala). Narran su escapada a Francia y lo que allí les ocurrió. Junto a ellos, introduce a un amigo, un tercer personaje que vivirá atormentado por la muerte de sus amigos, por la vida que no pudieron llegar a vivir, todo lo que se perdieron, todo el sexo que no pudieron practicar, y quiere vivir las vidas de los 3 en una sola.
El autor nos cuenta que para perfilar a los protagonistas sólo se basó en lo publicado en los sumarios y en la prensa. No quiso hablar con la familia ni quiso un retrato fiel de ellos. Lo curioso es que una vez publicada la novela, la familia le comentó que había muchos rasgos de sus personajes que eran muy cercanos a la realidad. Entre estos hechos reales, la existencia de ese amigo de ambos, tan importante en la novela.
Paco Camarasa nos remarcó un elemento narrativo que le encantó, y es el uso repetitivo de la frase «Lo pienso pero no lo digo» por parte del abogado del libro. Porque deja en el aire muchas cosas de cara al resto de personajes, pero por otro lado nosotros sí que sabemos qué es lo que está pensando.
Desde luego si viene avalada por este gran librero, apuntada que queda por mi parte.
*A lo tonto se me ha hecho muy tarde, me enrollo como las persianas, pero es que quiero contaros tantas cosas… Seguiré con lo que estoy viendo y oyendo otro día. 🙂
¡Qué envidia sana! Gracias por esta crónica tan detallada. Me parece muy interesante lo que cuentas de "Don de lenguas": desde luego tiene que ser difícil escribir un libro a cuatro manos, pero también muy enriquecedor. ¿Comentaron de qué se conocen Rosa Ribas y Sabine Hofmann, o por qué decidieron trabajar juntas? En cuanto a Thilliez, hace unos meses reseñé "Luto de miel" en mi blog y debo decir que no me gustó nada, aunque no tengo claro si la culpa fue de Thilliez o de la traducción. En la edición de Edhasa había muchos errores, muchas frases sin sentido… Vamos, que no me quedaron ganas de repetir, y eso que el inspector Sharko tenía su punto interesante. ¡Saludos!
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Pues trabajaron juntas en una universidad de Alemania. Es más, la primera vez que escribieron juntas fue para regalarle un relato a una compañera que se fue de la universidad (menudo regalazo) Tiempo después surgió la idea de este libro y decidieron repetir experiencia. De hecho, comentaron que aquí en Gijón se había gestado el inicio de un nuevo libro.Sobre Thilliez, no te sé decir, no he leído ninguno de sus libros aún.Gracias por pasarte a comentar!
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Qué bien te lo estás pasando! Y gracias por esta crónica tan minuciosa, que casi nos hace sentirnos que estamos ahí, sentadita junto a ti. Seguiré atenta a tus entradas, a ver qué nos sigues contando.Besotes!!!
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¡Qué bien que lo tienes que estar pasando! La verdad que tiene que ser una oportunidad única vivir algo así, para los amantes de las letras. Espero que nos sigas contando en las entradas y que te lleves un grato recuerdo de la experiencia. ¡Muchos besos!
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